¿Y ahora qué? ¿Debería decirle la verdad?.
Dile, dile, dile, dile, dile, dile, dile.
¿Sabes algo voz interna? Ahora no ayudas en nada.
Estaba apunto de decirle la versión de lo que realmente paso, pero en cambio, inconscientemente salió otra versión.
—No es nada, me quemé cuando estábamos cocinando yo y Sara— miento esperando a que creyera mi espontánea mentira.
El me mira confundido, pero poco a poco su expresión confundida se fue convirtiendo a una de seriedad extrema.
Oh oh.
—Sam, no soy estúpido, sé perfectamente que es eso— declara empezando a reflejar ligera molestia.
—Escucha, se que parece algo muy evidente, pero realmente no es lo que parece, sino que es...—
—¿Cuándo dejarás de mentir sobre tu bienestar, Sam?— pregunta llevando sus manos a su cabello y darle ligeros tirones.
—¿De que hablas?— cuestiono haciéndome la desentendida pero evitando su mirada a toda costa.
—Siempre que haces evidente que algo está pasando, no lo dices, o bueno, al menos no a mí, no quiero presionarte a confiar en mi para contarme cosas pero es frustrante verte así— explica mirando hacia otra dirección.
—Bueno, tal vez el hecho del por que no te digo nada es por que no te conozco en lo más mínimo.
Al instante en el que acabe mi oración, muerdo mi lengua arrepentida.
Yo creo, solo creo, que ya la jodiste.
Obligó a callar a mi pequeña voz al momento en el que Carson me miró.
Estuvo por unos segundos mirándome hasta que logré distinguir algo.
¿Sus ojos...se estaban cristalizando?, Mi corazón comenzó a sollozar al verlo así.
—Bien, entonces llevaré a la desconocida de vuelta a su hogar, vamos— deja de mirarme para levantarse de la banca y darme la espalda para comenzar a caminar.
—Carson...eso no fue lo que quise decir— me levanto para ir hacia el.
—Creo que ya dijiste lo que tenías que decir, lamento preocuparme por ti, y exigirte que me dijeras las cosas— menciona secamente mientras seguía caminando.
—Carson, por favor, lamento lo que dije, créeme que en realidad no pienso eso— alcanzo a tomarle la mano y el detiene su caminata sin mirarme, solo puedo ver su espalda, pero miro como sube sus anteojos a su cabeza y suspira profundamente.
—Todo está bien, ¿No?, No me conoces, no te conozco, somos dos desconocidos, ¿Qué más da?— estrecha la mano que le había tomado anteriormente y la suelta para irse caminando después de darme una sonrisa forzada.
Me quedé callada sintiéndome apenada, viendo como su figura se iba desvaneciendo conforme sus pasos avanzaban en aquel oscuro parque ligeramente iluminado.
Suspiro con frustración, realmente nunca había peleado con Carson, y me siento mal.
¿Y ahora que hago?
Resignada, comienzo a caminar a la dirección contraria a la que Carson se fue caminando, de vuelta a el apartamento.
Froto mis uñas en mi ceja como gesto de estrés, desde adolescente comencé a saber si estaba estresada con esa acción.
Mis ojos se empiezan a humedecer, paro de caminar por unos segundos para suspirar concentrada en qué no salgan las lágrimas.
Recuerdo el rostro de Carson tan vulnerable al momento en el que dije esas palabras.
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Eres mi ángel
Teen Fiction¿Qué pasaría si alguien te dijera que el amor de tu vida llegaría a golpearte con una bandeja de plata la cabeza? Es algo muy raro para las personas normales pero una realidad para Samantha Connor, una joven que paso por años en la oscuridad hasta q...