El resto del día nos la pasamos realmente genial, entre bromas, juegos, peleas sobre quien modelaba mejor entre Sara y Jean.
Ahora estábamos decidiendo que más hacer, eran aproximadamente las dos de la mañana y yo realmente estaba muriendo de sueño.
Normalmente suelo dormir a las diez u once de la noche por el trabajo o por la escuela.
Pero soy rebelde, en vacaciones suelo dormir a las doce.
Ahora estábamos en una mesa redonda donde Oliver estaba al lado de Sara, luego estaba Jean y enseguida de Jean estaba Carson terminando conmigo el círculo al lado de el.
Estábamos jugando a las cartas, cosa que realmente hacían los demás porque yo solo estaba lanzando cartas a la cara de Jean.
—Ya basta, niña fastidio— Se queja Jean lanzando de vuelta la carta que acababa de golpear su cara.
Yo solo me limito a sonreír y lanzarle otra carta.
—¡Bingo!— Grita de la nada Sara levantándose de la mesa mientras la golpea.
—Cariño, esto no es bingo, estamos jugando a la Brisca— Menciona Oliver haciendo que Sara a sentarse junto a el.
—¿Entonces que estuve jugando todo este tiempo?— Pregunta la pelirroja desconcertada.
—Eso explica porque están excesivamente manchadas las cartas de tinta— Digo mientras observo las cartas en mis manos.
—¿Qué hora es?— Interrumpe abruptamente Jean golpeando su cabeza con la mesa.
Carson saca su teléfono de su bolsillo para mirar la hora y cierra los ojos tratando de enfocar su vista.
Sara le responde la pregunta a Jean antes de que Carson pueda ver la hora.
Mi vista viaja alrededor de la mesa para buscar los anteojos hasta terminar en ellos.
Estiro mi brazo para tomar los anteojos y tender mi mano en frente de Carson.
—Aquí están—Menciono captando su atención.
El castaño con sus ojos entrecerrados me sonríe y toma sus anteojos rozando su mano con la mía suavemente.
Carson se pone sus anteojos provocando que sus ojos vuelvan a un estado normal.
El me agradece y vuelve a mirar sus cartas.
—No entiendo, ¿como es que estuviste jugando todo este tiempo sin ver caso nada?— Pregunta Oliver inclinado ya que Sara en cuestión de segundos se durmió en el hombro de su novio.
—Es fácil cuando puedes contar el número de manchas en la carta— Contesta Carson sacudiendo una carta entre sus dedos.
Oliver se hecha a reír mientras de fondo están los ronquidos de Sara.
—Creo que debo de llevarla a casa— Murmura el rubio pasando su brazo alrededor de los hombros de la pelirroja como es costumbre.
—O puedes dejarla aquí hasta mañana, son dos buenas opciones— Dice Jean tapando con su mano la boca de Sara a lo que ella dormida le suelta un golpe inconsciente.
Oliver ríe y carga a Sara entre sus brazos no sin antes despedirse de todos.
—Yo también me iré, mañana tengo ir con mi abuela a hacer algunos bocadillos para sus amigas— Bufa Jean para levantarse de su silla y tomar algunas cosas.
Jean se despide de un apretón de mano con Carson mientras que a mí me da un beso en mi frente para irse en su auto.
Tanto Carson como yo nos quedamos uno al lado del otro mirando en silencio a la entrada viendo cómo ambos autos de van mientras poco a poco se disuelve su presencia por la oscuridad.
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Eres mi ángel
Teen Fiction¿Qué pasaría si alguien te dijera que el amor de tu vida llegaría a golpearte con una bandeja de plata la cabeza? Es algo muy raro para las personas normales pero una realidad para Samantha Connor, una joven que paso por años en la oscuridad hasta q...