Capitulo 22

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—Bien, ¿Pero cómo es qué Red Sukll simplemente no tomaba la gema del alma?— cuestiona Carson mientras conducía.

—Por que el guía a un tesoro que no puede poseer— respondo recordando las palabras de aquel villano viendo a la ventana dramáticamente.

—¿Y por qué se tiene que sacrificar alguien para tener la gema?— hace una nueva pregunta.

—No sueles poner atención a las películas, ¿Cierto?— le pregunto haciendo que el ría.

—Solo cuando son realmente interesantes, si no lo son simplemente desconecto mi mente del mundo exterior— responde mirando fijamente al camino.

Después de tres minutos en el camino, ambos nos aburrimos y comenzamos a debatir sobre películas, ahora llevábamos más de quince minutos debatiendo aparentemente, y digo aparentemente por qué eso se acercaba más a una pelea que a un debate.

—Dios, no puedo creer que estés del lado del capitán América— menciono anonadada por su confesión.

—El quería seguir defendiendo a la cuidad, ¿Qué tiene de malo?— defiende a aquel héroe mirándome en ocasiones.

—Destruir la cuidad para salvarla no es responsable— me dispongo a contraatacar y el me mira parando el auto.

—Me encantaría seguir está conversación, pero ya llegamos— anuncia apartando sus manos del volante.

Miro por el cristal delante de mi y observo que estamos en una pequeña cabaña en medio del bosque.

—¿Cuándo carajo cruzamos por el bosque?— pregunto confundida al no notarlo.

—Querías tanto ganar está conversación que no te diste cuenta que cruzamos por más de cinco minutos por el bosque— explica encogiéndose de hombros.

—Es...realmente hermoso— menciono cautivada observando aquella cabaña de madera alumbrada con faroles.

—Bueno, está noche será diferente a otras— el castaño confiesa mientras salía del auto.

No sé si debería asustarme o gustarme está situación.

Salgo del auto y camino por el pequeño camino marcado con tierra mientras unas pequeñas piedras adornaban las orillas del camino.

—Se que no es muy lujoso ni nada por el estilo pero te aseguro que es especial— asegura Carson abriendo las puertas de la cabaña.

Estaba por decir algo, pero la belleza de aquel lugar me dejó sin palabra alguna.

Todo su interior era de madera oscura, los muebles eran blancos lo que le daba aquel toque deslumbrante, en la pequeña sala de estar estaba una chimenea junto con leña al lado.

—¿No es lujoso?, Esto no lo podría pagar cuidando a Anna y a Jimmy por diez años— bromeo aún anonadada por aquel lugar.

Carson ríe pero me extrañó el hecho de que a los pocos segundos de reír, su sonrisa su borró y parecía absorto en sus pensamientos.

—Hey, ¿Qué pasa?— cuestiono con un sentimiento de preocupación naciendo en mi mente.

El castaño suspira profundamente arreglando sus anteojos.

Hubo un silencio intrigante

—Esta cabaña solía ser de mi padre— confiesa tomándome desprevenida.

¿Solía?, ¿Qué se supone que significa?

—Te traje a este lugar por qué no había mejor sitio para hacerlo más que en donde pase toda la vida...y en lo que que quedó de la de mi padre— su voz comenzó a quebrarse antes de respirar profundamente.

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