Capitulo 11

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Una hora después de estar en el parque, nos detuvimos a una tienda en dónde vendían antigüedades ya que Carson quería comprar algo debido a que el cumpleaños de la esposa de Carlos era mañana.

Estaba observando un jarrón antiguo cuando visualizo una figura familiar en la entrada de la tienda.

Enfoco mis ojos a la puerta y miro que es Arlet.

La castaña con pelo rizado que se ha encargado en hacerme la vida una especie de infierno desde mis siete años.

Era como una especie de objeto de burlas para ella ya que bueno, no era la niña mas linda en esos tiempos.

Rápidamente me oculto entre un mueble que estaba por ahí y mi respiración automática de activa provocando que respire lenta y pesadamente.

No puede verme así y menos con esta ropa, porque quitando el hecho de que es una bully andante, es la más chismosa de la escuela.

Ni ahora ni nunca querría ser el centro de atención de esa escuela tan horrible.

Noto una mirada a mi lado y giro mi cabeza lentamente para cruzarme con un Carson confundido con una caja pequeña en sus manos.

Miro a mis costados para asegurarme que no esté Arlet acechando como siempre lo suele hacer.

Una vez me aseguro que no está a la vista, hago una expresión en forma de pedir silencio y tomo de la mano a Carson, cautelosamente, salimos de la tienda.

Suelto todo el aire retenido y miro a Carson como si nada hubiera pasado.

El me mira con incredulidad mientras una sonrisa se empieza a hacer presente en su rostro.

—¿Qué fue todo eso?—Pregunta soltando mi agarre y apuntando hacia la entrada de la tienda.

—Ví a una chica que sinceramente no me pone del mejor humor— bufo mientras camino rumbo a un destino indefinido.

Carson solo asiente y me sigue hasta llegar a mi lado.

Y así continuamos caminando sin rumbo alguno por alrededor de diez minutos.

O parecía sin rumbo hasta que terminamos en las puertas del edificio de departamentos.

Ambos entramos mientras recibimos la cálida sonrisa de Carlos en la entrada.

—¿Cómo les fue en su pequeña aventura de toda la tarde?— Pregunta cálidamente mientras ve algunos papeles.

—Bastante bien— Respondo llegando al mostrador del lobby e impulsando mis brazos para elevar mi cuerpo y que  mi abdomen quedé en el mismo mostrador como suelo hacerlo de costumbre—. Y Carson le compro un bello regalo a Marian— Apunto a Carson que en un par de segundos llegó a mi lado mientras sacudía la caja con el regalo.

—Bueno, eso es un gran detalle, seguramente le gustará— Carlos sonríe mirando a Carson para después mirarme a mi. 

Yo aún con mi abdomen en aquella tabla y con mis piernas colgando me quedo mirándolo intentando descifrar que es lo que dirá. 

—Señorita Connor, ¿Qué tal si mañana nos acompaña a festejar a mi esposa con la familia?. 

Su propuesta me toma desprevenida lo que hace que mis brazos dejen de ser una base solida y que mi cuerpo de impulse hacia atrás haciendo que casi caiga.

y digo que casi caigo por que Carson coloco una mano suya a mi espalda para después darme un leve empujón y poder estabilizar mi equilibrio. 

—¿Yo? ¿pero por qué yo? es decir es un honor pero no encuentro la razón del por qué— Empiezo a formular demasiadas preguntas para mi capacidad bucal. 

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