Capitulo 25

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Suspiro sin poder creer la conversación que estoy teniendo con Oliver.

¿Matrimonio? Son muy jóvenes.

Estaba muy sorprendida, no sonaba tan pero mal pero... Eso conllevaría tantos cambios.

—Se que puede ser sorprendente Sam, pero siento en mi corazón que es el momento, lo he estado hablando con Sara desde hace tiempo y a ella le parece bien, no lo sé, pienso que ya es tiempo— las mejillas del rubio comienzan a enrojecerse mientras me miraba.

Sonrió ante tanta dulzura de parte de Oliver y le tomo las manos dejando ir todo pensamiento malo sobre aquella propuesta.

—Tienen mi bendición— bromeo para evitar llorar.

Oliver ríe y toma mis manos con fuerza.

—Gracias, ahora podré dormir en paz- el ríe negando con la cabeza. —, pero en serio, dime que opinas, necesito la opinión de la mejor amiga de mi novia y mi casi hermanita.

—¿Qué que es lo que opino?, Oliver, se que serán una grandiosa familia, yo sabía que era asegurado un matrimonio entre ustedes dos y realmente es aterrador ver qué estará cerca ese día, pero nada me haría más feliz que verlos juntos— mis ojos se comienzan a humedecer y mi voz se empezaba a quebrar mientras Oliver me miraba sonriente comenzando a llorar.

—Gracias Sam, estoy tan agradecido por tenerte y que seas como mi hermana menor— el rubio se levanta del sofá y me obliga a levantarme para abrazarme con fuerza permitiendo que pueda escuchar como su nariz tenía mocos...muchos.

Respondo el abrazo acariciándole la espalda suavemente para que se calme un poco.

—Ya está la cena chicos...¿Por qué están llorando?— Sara entra a la sala de estar quitándose el delantal que tenía puesto.

Oliver instantáneamente la mira y se quita algunas lágrimas que deslizaban por sus mejillas.

—Oh nada, estamos sensibles por...Eros, ¿No es cierto, Sam?— el rubio me mira en busca urgente de una respuesta al darle la espalda a Sara.

—Ah si, Eros nos pone sensibles— respondo golpeando la espalda de Oliver. —¿Vamos a comer?— ahora miro a Sara con una sonrisa.

Sara nos mira con sospecha por unos segundos hasta que se fue de la sala de estar después de asentir con la cabeza.

Tanto Oliver yo soltamos un suspiro aliviados. Cuando salimos de la sala estar, lo primero que vimos fue a Carson poniendo unos cuantos cubiertos en la mesa situados a los lados de cuatro platos al rededor de la mesa.

Oliver caminó hacia Sara la cual estaba apagando la estufa y soplando el humo que salía de una olla, el rubio la abrazó antes de que Sara sonriera y correspondiera el abrazo.

Sonrío mirándolos con ligeras ganas de sollozar pero ese sentimiento se esfuma cuando siento un par de manos deslizarse por mi cintura.

—¿Ya estás mejor?— pregunta Carson apoyando su barbilla en mi hombro después de haber besado mi mejilla.

—Sí, gracias por habernos ayudado a cargar a Eros todo el tiempo, es más pesado de como luce.

—Oh confirmo que es pesado pero he cargado cosas peores como a la tía Teresa— el castaño ríe antes de pararse frente a mi.

—Tengo miedo de saber el contexto.

—Creeme, no querrías saberlo— besa mi frente antes de tomarme de la mano y caminar hacia la mesa en dónde separó una silla de la mesa para mí y se sentó en la silla de al lado.

Eres mi ángel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora