- No te puedo creer Paul - miraba incrédula los dibujos colgados en mi despacho.
- Lo sé lo sé, pero son cosas que no puedo evitar. ¿Estás enfadada?
- ¿Por qué narices iba a estar enfadada?
- ¿Estuve llorando como cinco meses veinticuatro horas en tu hombro por ella? Hice una limpia espiritual en tu jardín y prometí que no volvería con ella. Quiero decir, te obligué a vestir entera de negro y conseguir estramonio, luego te pinté la cara de pigmento verde natural y te obligué a aprenderte un manifiesto esotérico para quemar juntos todas las cosas de Natalie a las tres de la mañana. Estuviste limpiando la mancha de ceniza durante los tres meses de verano.
- Gracias por recordarme lo buena amiga que soy - una sonrisa se pintó en mi cara recordando el momento de locura - Pero no puedo enfadarme por una decisión que tomes.
- Por lo buen amiga que eres, tu papel ahora es enfadarte y decirme que estoy cometiendo un error.
- Vale, ¿Si te digo que estás cometiendo un error vas a dejarla? - no pude evitar rodar los ojos exhasperada.
- No.
- Por eso me voy a ahorrar la saliva. Los dos sabemos que es un error, o al menos lo pensamos. De nada sirve que te repita que no estoy de acuerdo con lo que estás haciendo.
- Te dejaste de hablar con ella por mí Alexandra.
- No fue sólo por lo que te hizo egocéntrico. Simplemente me di cuenta que éramos amigas para esa etapa de instituto. Luego caminamos en direcciones diferentes y...
- ¡ESTOY CAVANDO MI TUMBA ALEX! ¡ Y LE ESTOY PAGANDO A LA GENTE PARA QUE CAGUE EN ELLA! ¡ES LO QUE ME TIENES QUE DECIR! - escuché cómo refunfuñaba cosas en bajo al otro lado del teléfono.
- ¿Estás buscando que te diga algo para que la dejes? - pregunté cuando paró de cuchichear.
- Gracias, al fin lo entiendes - visualicé en mi cabeza la cara de exasperación que estaría poniendo.
- Paul... yo no soy nadie para decirte absolutamente nada. Ella se equivocó, lo hico muy mal, fatal. Pero supongo que para que hayáis acabado así de nuevo habréis hablado de cosas y algo te habrá hecho perdonarla. Tienes que aprender de tus propios errores Paul. Quizás ella ha cambiado y después de todo este tiempo se ha dado cuenta que te quiere. Además no quiero que me culpes en un futuro de que no lo intentaste.
- No quiero que mi pareja necesite alejarse de mí para darse cuenta de lo mucho que me quiere. Cuando quiero a alguien la quiero desde el principio y sin dudas, no me merezco menos Alex.
- Y tienes razón Paul. No sé qué haría en tu situación porque desde fuera siempre se ven los problemas más fáciles; quizás necesites esta oportunidad para darte cuenta que mereces algo mejor; O quizás lo intentáis y todo vuelve a ser como antes.
- Pues es una mierda.
- Lo sé. Pero seamos sinceros, no la has superado después de este tiempo. Quizás sea una buena oportunidad para sanar, ¿no crees? Acabéis juntos o no hablar las cosas siempre ayuda. Y creo que todo esto a quien más va a ayudar es a ti.
- Pero eso es por mi gran capacidad de aprendizaje - volvió a bromear - Voy a empezar a escribir un libro: "Crónicas de una muerte anunciada"
- Paul... - solté una carcajada - Ese libro ya existe.
- ¿Y qué? La gente no para de hacer remakes de libros que existen, estás anticuada. Deja de tirar mis sueños por tierra. Pero cambiando de tema super consejera, ¿Qué tal con Nate? - enlazó tan rápido los temas que no estaba preparada.
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Time Out ( Guerra de Capitanes #2)
Romance- ¿Por qué lo has hecho Alex? - soltó mis brazos como si mi tacto quemara. - ¡Por ti maldita sea! - mi piel picaba por tocarle de nuevo. - ¡No te lo he pedido! - ¡Tampoco yo te estoy pidiendo que me des las gracias! Nos miramos durante unos segun...