Parte 6 Tú decidiste las reglas del juego

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 Un sonido ajeno a mi sueño me despierta. Entreabro los ojos pero los vuelvo a cerrar intentando omitirlo pero evidentemente no funciona cuando la maldita canción de Post Malone no deja de sonar. 

 Me remuevo alejando el brazo que rodea mi cintura y me incorporo un poco para apagar la alarma, nueve menos veinte. Espera, ¿nueve menos veinte? Me espabilo como si un cubo de agua me cayera encima y quito las sábanas de encima de mí. 

- ¿Qué haces Alex? - susurra Nate con voz ronca dándose la vuelta.

- Nate, me he quedado dormida - busco por la habitación mi ropa del día anterior ya que ahora sólo llevo puesta una camiseta de él.

- Ya llegas tarde, vuelve a la cama - se remueve hasta llegar a mi lado de la cama y engancha su brazo en mi cintura de nuevo tirando de mí hacia él.

 Caigo de rodillas sobre el colchón y es lo que necesita para cogerme y hacer que me tumbe junto a él de nuevo. Entierra su cara en la parte trasera del cuello y suspira suavemente.

- ¿Vas a irte verdad? -  suena como si estuviera a segundos de caer dormido de nuevo.

- Tengo que llevar a las niñas a clase, dije que dormiría en casa pero al final me quedé aquí. Margot va a matarme.

 Como pude me estiré y cogí mi teléfono de la mesilla, siete llamadas perdidas de la pelinegra. Haciendo un esfuerzo consigo zafarme de nuevo y ponerme de pie lejos de la cama. Miro al chico junto a mí, enredado en sus sábanas con el torso descubierto y la almohada cayendo a un lado de la cama. Quiero quedarme, pero no puedo desatender mis  responsabilidades.

- Quédate durmiendo, creo que Michael está por salir ya, él puede acercarme - localizo por fin mis pantalones en la esquina al lado de la puerta. Sin dudarlo empiezo a vestirme pero dejándome la camiseta de Nate, ya se la devolvería otro día.

- Yo puedo llevarte - me miró con los ojos hinchados por el sueño - sólo me pongo una camiseta y nos vamos.

 Iba a decirle que se tenía que poner más que una camiseta para estar listo, pero me ahorré el comentario. Brinqué sobre él en la cama dejando las zapatillas fuera de la colcha para no ensuciarla y me acerqué a sus labios para darle un beso.

- No te preocupes, tú entras más tarde - me abrazó y dejó un beso en mi cuello.

- Está bien, te quiero.

- Yo también, vamos hablando.

 Sin más recogí mi teléfono y salí al salón. Michael, el tercer amigo y compañero de piso de Nate guardaba una botella de agua en su mochila. Me miró sin ninguna expresión en la cara y volvió a centrar su atención en la mochila.

- Michael, ¿te importa dejarme en mi piso? Te cae de camino a la universidad - dije con la voz más dulce que pude encontrar.

- ¿Tu piso? - pareció pensarlo un segundo - sin problema, pero vámonos ya.

 Los dos salimos por la puerta en dirección a su coche. Michael era un chico callado, la mayor parte del tiempo, pero no de una forma borde, si no más bien era reservado, sólo intervenía en temas que le interesaban, y había descubierto tras estos dos años que él y yo no compartíamos muchos temas que a él realmente le llamaran la atención lo suficiente como para mantener una conversación conmigo de más de cinco minutos.

 - No creo que lleguéis a tiempo a vuestra primera clase de todas formas - dijo entrando por fin en mi calle.

- Espero que sí o Margot va a matarme - le mandé un mensaje y le dije que me bajara mi bolso con el portátil y las llaves del coche.

Time Out ( Guerra de Capitanes #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora