En medio de la noche, a mitad de algún buen sueño un grito dentro de la casa me despertó de golpe. Quité las sábanas de encima de mí y salté de la cama, con la mala suerte de que una esquina quedó enrollada en mi tobillo y acabé cayendo de bruces sobre mi alfombra.
Tragándome un quejido, desenrollé el trozo de tela y salí a trompicones por la casa. Si no fuera porque alguien había encendido alguna de las luces, probablemente me habría caído de nuevo.
Tuve que entrecerrar los ojos para poder ver más nítida la imagen frente a mí. Max estaba pegado a la equina del baño común, con la mano izquierda señalando algo en la bañera, mientras que con la otra se sujetaba los pantalones.
- Hay... hay un alguien ahí.
- ¿Alguien? - le hice a un lado y entré de lleno en la habitación - ¿Se puede saber de qué estás...?
No terminé lo que iba a decir porque un grito procedente de mi garganta se tragó todas las palabras. Tal y como había dicho mi hermano había algo en la bañera, pero no estaba del todo segura de si era una persona.
- Auch, auch - mi hermano quitó mi mano de su brazo - Me estás pellizcando Alexandra.
- ¡HAY ALGUIEN EN EL BAÑO DE MI PISO! ¡PELLIZCARTE ES EL MENOR DE...! - le miré incrédula - ¡OH DIOS MÍO SE ESTÁ MOVIENDO!
Si no fuera porque mi hermano obstaculizaba mi salida, ya hacía tiempo me hubiera ido. Las mantas se removieron, y el sonido de metal chocando con metal fue el protagonista de la noche.
- ¿Vais a tardar mucho en apagar la luz? - una voz realmente ronca salió de aquel batiburrillo de metal y mantas.
- ¡HABLA! ¡ESA COSA HABLA HERMANA!
Mi hermano pequeño agarró mi hombro y tiró de mí hacia detrás. Un segundo después cerró la puerta del baño y sujetó el picaporte para que nadie pudiera abrir.
- ¡No te quedes ahí! ¡Llama a alguien! - liberó una mano de la manilla y me movió a empujones hacia la habitación.
- ¿Podríais dejar de gritar? - Diane apareció en la puerta de su habitación vistiendo sólo una camiseta ancha - ¿Qué le estáis haciendo a la puerta del baño?
- Hay alguien ahí - susurró Max - Hay que llamar a la policía.
- ¿Estáis teniendo algún tipo de sueño raro compartido de hermanos? - la pelirroja hizo a un lado a mi hermano y abrió de un tirón la puerta.
- No Diane...
- ¿Veis? Nada. Echamos la llave siempre antes de dormir, es imposible que entre nadie.
- Diane... -susurramos los dos a la vez al ver como aquel montículo de mantas cogía forma humana y se erguía frente a nosotros.
Ella no dijo nada, pero en cuando aquella cosa dio un paso fuera de la bañera, Didi sujetó el champú como si fuera un bate de béisbol y lo golpeó en la "cabeza."
La persona que se escondía allí cayó hacia atrás llevándose consigo la cortina y aterrizando justo sobre las tuberías, que con un crujido se partieron en dos y un montón de agua empezó a salpicarnos a las cuatro personas que estábamos allí.
- ¡¿Se puede saber qué pasa aquí?! - Margot llegó con unas ojeras horribles y con manchas de rimel negro aún tintando el contorno de los ojos pero no de la forma correcta.
- ¡Eso digo yo! - alguien se movió por debajo de las mantas y la voz sonó más clara - ¿Por qué me habéis pegado? ¡Sólo estaba durmiendo!
Un montón de pelo castaño con unos mechones naranja fue lo primero que vimos. Conforme la persona se levantaba pudimos ver la piel clara y los ojos azules de la chica.
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Time Out ( Guerra de Capitanes #2)
Romansa- ¿Por qué lo has hecho Alex? - soltó mis brazos como si mi tacto quemara. - ¡Por ti maldita sea! - mi piel picaba por tocarle de nuevo. - ¡No te lo he pedido! - ¡Tampoco yo te estoy pidiendo que me des las gracias! Nos miramos durante unos segun...