Especial M-K

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He pensado en ir poniendo parte de esta historia de vez en cuando. ¿Qué os parece la idea?

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- Una apuesta es una apuesta - la voz de Kelsey cruzó el pasillo - Y si no la próxima vez no juegues a perder.

- Que si, ya te he escuchado pesada- dije con el cepillo de dientes aún en mi boca - ¡No abuses y pongas libros que no vas a utilizar!

 No me respondió pero la escuché bajar corriendo las escaleras. Desde que sus notas habían bajado en picada por haberse sentido desplazada en el colegio, Marisa, papá y yo prácticamente la habíamos obligado a ir al instituto con sus amigas en un paseo matutino; de todas formas ellas vivían cerca y tenían que pasar por nuestra casa sí o sí.

 Como siempre, yo llegaba un poco después que ella, las viejas costumbres no se pierden, y la puntualidad tampoco. Fui a la cocina donde Marisa estaba limpiando las sartenes del desayuno.

- Ella ya se ha ido, tienes ahí la mochila - me señaló la mesa que ocupaba siempre - Revisa porque la he visto meter más cosas esta mañana y sabes que siempre hace la mochila por la noche.

Resoplando abrí la cremallera y repasé mentalmente las asignaturas que tenía hoy miércoles. Historia fuera, antropología tampoco la daba hoy y... fuera el estuche con trescientos subrayadores de colores.

- No prepares comida para nosotros hoy- le comenté a Marisa.

- Sabía que Kelsey se iba a quedar preparando lo de la entrega de premios, ¿tienes entrenamiento?

- No no, la liga de baloncesto está en pausa de momento, pero he convencido a los del equipo para ir a ayudar.

- A Kelsey le va a encantar - pasó la mano por mi pelo antes de salir de la cocina.

Resignado, cogí su mochila  y me la colgué al hombro junto a la mía. Miré el tiempo que tenía para llegar, y como era de esperar hoy tocaba marcha rápida. Creía que quitarme el flequillo me quitaría tiempo por las mañanas pero el pelo corto también es difícil de mantener.

 Nada más llegar al edificio corrí a clase llegando apenas unos segundos antes de que el timbre sonara.  Dejé la mochila sobre la mesa de Kelsey y me fui junto a mis amigos.

  Hace cinco meses, apenas al empezar el año de preparatoria Kelsey y yo habíamos acordado mantener las distancias en el instituto después de que ella pasara una mala época. Al parecer una de las chicas de último año habían pregonado que Kelsey y yo estábamos liados, que teníamos una relación muy rara para ser hermanastros. Incluso me llegó el rumor de que alguien supuestamente nos había pillado en el baño montándonoslo, lo cual era bastante asqueroso.

 A pesar de que esos rumores nos afectaban a los dos, sin duda las chicas a veces podían ser morbosas y dañinas y por eso ella sufrió la peor parte. Además por desgracia en ella se veía como una humillación pero no para mí. 

 Desde entonces habíamos mantenido las distancias, nada de venir a clase juntos, comer juntos o compartir círculos de amigos. Éramos como extraños compartiendo el mismo espacio en clase. A veces ella me dejaba el almuerzo en mi taquilla cuando se me olvidaba, o yo la esperaba fuera de los aparcamientos cuando terminaba tarde de ensayar con la banda para que nadie nos viera salir juntos. A mí me parecía ridículo llegar a eso, pero entendía que era justo lo que ella necesitaba. 

 La última mentira que llegó a extenderse fue que dijeron que lo habíamos dejado porque ella se había acostado con su profesor de música. Yo quise intervenir pero me pidió que no lo hiciera, así que simplemente avisé a los mayores de lo que estaba ocurriendo. Las estupideces de adolescentes terminaron apenas unos días después con la expulsión de los artífices.

Time Out ( Guerra de Capitanes #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora