Time Out ( Guerra de Capitanes #2)

Parte 24 Un secreto

- ¿Te han dado fecha para recoger el coche?- Estábamos parados en un semáforo a pocos minutos del colegio.

- Me dijeron que estaría para el martes y ya estamos a jueves - reposé la cabeza sobre mi mano - Zayn dice que si no está para mañana él mismo lo saca del taller.

- Puedo acompañarte mañana si quieres, a partir de las doce estoy libre - Nate intentó coger el teléfono pero se lo quité de las manos.

- Ya sabes que no me gusta que cojas el móvil mientras conduces - le regañé.

- Venga ya Alex, estamos parados - le hice una seña a la luz que se había puesto en verde - Ts... Sabes que cuando voy solo cojo el teléfono todo el tiempo.

- Prefiero no saberlo, ojos que no ven corazón que no siente.

- Eso no es del todo verdad - su tono jovial cambió.

- ¿Otra vez Nathaniel? - crucé los brazos inconscientemente y me hundí en el asiento tal y como hacía cada vez que mi padre me reñía de camino al colegio.

- ¿Otra vez? Ni si quiera hemos hablado del tema.

- ¿No te parecieron suficiente las dos horas de ayer antes de dormir? Gira aquí a la derecha.

- ¡Una conversación muy productiva teniendo en cuenta que teníamos a tus amigas a dos centímetros de nosotros mirándonos fijamente! - giró por completo el volante y se metió en la bocacalle- ¡Y comentando la discusión! Sí señor, una muy buena conversación de parejas.

- Sabes que le hubiera contado absolutamente todo, ¿Qué mas da que estén presentes?

- A mí me da, Alex. ¿Esta o la siguiente?

- Es en esta - dije a la vez que giraba por la calle. 

 Detuvo el coche justamente en la entrada del colegio donde todos los padres se agolpaban para despedirse de sus hijos. No quería bajarme, porque no sentía que estuviéramos bien y odiaba discutir y separarnos.

- ¿Sales a las dos? - asentí y lo acompañé de un pequeño sonido de afirmación - Te espero aquí entonces, si hay muchos coches bajaré hasta la esquina. De todas formas si no ves el coche llámame.

- Gracias Nate - dijo un de nada muy bajito y miró por su ventanilla.

- Me voy ¿vale? Te quiero - besé su mejilla y abrí la puerta del coche, pero antes de bajarme tiró de mí hacia él y me besó en los labios.

- Yo también te quiero. Que tengas una buena mañana. 

 Le sonreí por el esfuerzo que había hecho para estar bien y por fin salí del vehículo. Algunos profesores que estaban vigilando la entrada me saludaron, incluida la directora que hablaban con varios padres.

 Miré sobre las cabecitas que entraban sin parar por las puertas, buscando una cabecita en especial, sin embargo no alcancé a verla. Curtis, el conserje, se me acercó con esa media sonrisa que le caracterizaba.

- Señorita Tarner, buenos días - me pasó el cepillo que sujetaba y sacó un cigarro del bolsillo de su camisa - Mi mujer quiere darle las gracias, por el calentador de agua. 

- Oh, no hay problema. Lo tenía por casa para preparar té, pero he decidido que no me gustan y que paso de estar a la moda. No la usaba en lo absoluto. Dile que no ha sido ninguna molestia en absoluto. Espero que le sirva a su suegra Curtis - me puse de puntillas para intentar ver mejor.

- ¿Busca a alguien en particular? - Curtis se puso a mi altura intentando ver aquello que me tenía como una acosadora de padres.

- No... quiero decir sí. Lucy, ¿Le suena? Es una niña de unos siete años, rubia con rizos...