- Deja de morderte las uñas - sin saber cómo Kelsey me dio una palmada en la mano - Te las vas a estropear.
- Ya podéis mirar - escuchamos por fin a Marisa.
Kelsey y yo simultáneamente abrimos los ojos y nos quedamos sin habla. Marisa estaba preciosa. Había escogido un vestido blanco de puntilla que le cubría hasta el pecho y de ahí salían unas finas mangas que se ajustaban a su silueta. Llevaba el pelo castaño recogido en un sutil moño en la nuca, con varios mechones enmarcando su rostro en tirabuzones.
Unas tontas lágrimas llenaron mis ojos. Marisa siempre había sido una mujer guapa que cuida su imagen, pero hoy... estaba espectacular. Habíamos tenido tanta suerte con ella y con Kelsey.
- Mamá...- Kelsey se abalanzó para abrazarla pero el vestido le impidió acercarse - Estás increíble.
- ¿Me lo prometéis? - retorció sus manos en el vientre pero cada una de nosotras tomó una - Estoy hecha un flan.
- Todo va a salir bien - di pequeños toques en mis ojos para no estropear el maquillaje - Y ahora, vamos al altar antes de que a mi padre le de un infarto porque no aparezcas.
Marisa dio un largo suspiro y asintió con la cabeza. Salimos de la habitación del complejo para ir al jardín. La boda se iba a organizar al aire libre. Todo el mundo ya estaba allí esperando por la novia.
Como habíamos ensayado, Kelsey yo nos colocamos a cada lado para acompañarla. Recogimos la cola del vestido para que no rozara el suelo hasta que no llegáramos al césped. Toda la decoración estaba en blanco y azul celeste. Tanto Kelsey como yo íbamos de este último color.
Ella había optado por usar sandalias planas porque no quería estar más alta que su madre. Llevaba un vestido largo, recto con unos sutiles tirantes cortando sus hombros. Yo por mi parte opté por uno más ceñido en la cintura pero de corte griego. Como Kelsey se había dejado el pelo suelto, decidí hacerme un medio recogido con unas trenzas como coronas; sin embargo, sí que opté por ponerme tacones plateados y finos.
Tuve miedo por mi calzado y la tierra del césped, pero era bastante estable para mi equilibrio. Cuando llegamos a la fila de sillas, la música empezó a sonar y la gente se puso en pie. Mi padre esperaba en su traje al lado de la figura encargada de orquestar la ceremonia. A su lado Max y Trent, cada uno enfundado en sus respectivos trajes negros. Vi cómo mi padre se quitaba una lágrima de los ojos, Max le tendió un pañuelo y Trent le palmeó el hombro mientras sonreía.
El camino hasta el altar se hizo eterno. Estaba tan preocupada de no tropezar ni pisar el vestido de Marisa que apenas miré a los rostros que nos rodeaban. Sólo levanté la vista cuando noté una mirada ardiendo a mi derecha. Caleb tenía las manos juntas, llevaba un traje negro con una camisa blanca y unos tirantes granates. Al principio creí que estaba mirando a Marisa, pero sus ojos verdes estaban fijos en mí. Cuando notó que lo observaba sonrió y agitó la cabeza.
-Estás preciosa- gesticuló.
- Tú también - respondí de vuelta, sin dejar de sonreír.
Cuando por fin dejamos a Marisa junto a mi padre, ocupamos nuestras posiciones a su lado. Busqué a Nate, que estaba en segunda fila, al ser tan alto era fácil encontrarlo. Me lanzó un beso y sonrió con intenso brillo en sus ojos. Él también estaba guapísimo, con su traje y su corbata de topos azules, a juego con mi vestido.
A los segundos empezó la ceremonia. Palabras y palabras salía de la boca del sacerdote, pero yo sólo tenía ojos para la pareja frente a mí. Se sonreían y susurraban como dos quinceañeros, Marisa estaba ruborizada y no por exceso de colorete. Kelsey un par de veces me codeó para que mirara, quería gritarle que no podía hacer otra cosa que verlos a ellos. No hacía falta que el cura diera su visto bueno, hasta un ciego podría ver que mi padre y Marisa estaban enamorados.
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Time Out ( Guerra de Capitanes #2)
Romance- ¿Por qué lo has hecho Alex? - soltó mis brazos como si mi tacto quemara. - ¡Por ti maldita sea! - mi piel picaba por tocarle de nuevo. - ¡No te lo he pedido! - ¡Tampoco yo te estoy pidiendo que me des las gracias! Nos miramos durante unos segun...