Time Out ( Guerra de Capitanes #2)

Parte 3 Nathaniel

 El pitido de una alarma a lo lejos me desveló. Entreabrí los ojos para cerciorarme que no era mía y volví a colocarme en la cama para seguir durmiendo. Cinco minutos después la alarma seguía sonando, un tono más alto por segundos. 

- ¡MARGOT BREF MORTON! - doblé mi almohada sobre mis oídos tras el grito de Diane- ¡APAGA LA PUTA ALARMA!

 A pesar de que Diane seguía relatando desde su habitación, el pitido insistía en acabar con cualquier resquicio de sueño que pudiera tener. Escuché un bufido muy cerca de mi puerta y luego unas zancadas cruzando el pasillo.  Ni un minuto de paz, ni uno solo...

- ¡SE PUEDE SABER QUÉ HACE LA ALARMA EN MEDIO DEL SALÓN!- podía imaginarme a Diane con los brazos cruzados con las cejas disparadas en incredulidad. Margot debió contestar algo y luego más voces de Diane.

 Esa era mi señal para levantarme. Miré la hora en mi reloj, aún quedaban siete minutos para que sonara mi alarma. Maldita sea. Con mal humor me incorporé y pasé por completo de ponerme las zapatillas de estar por casa. Conforme me acerqué al salón- cocina iba enfadándome por segundos.

- Al fin - Diane agarró mi brazo y me puso en frente de un teléfono móvil - venga dile algo.

 Miré el aparato, con una notificación de que la alarma había sido apagada. Mis ojos aún medio cerrados por el sueño. Llamando a la calma, decidí apaciguar la situación, como siempre hacía; pero la calma no vino. Diane me miraba esperando una respuesta.

- La próxima vez. Que alguna. De las dos. Vuelva. A despertarme. Antes. De que suene. Mi alarma - elevé entonces la mirada para las dos - os tiro por el balcón. Y no estoy jugando.

- Vale chica dura - Margo se dio la vuelta de donde estaba enredando y me tendió un vaso de café  con dos marandinas - tú desayuna, y tú Didi, a cambiarte ya. No pienso llegar tarde el primer día.

- Me siento como si viviera ¡CON MIS PADRES! - cerró la puerta de la habitación de un portazo y no tardamos en escuchar el reggaeton salir de su habitación.

- La última vez que pones la alarma para que se levante Didi - metí dos gajos en mi boca - por favor.

- Sí tranquila, he pensado que podía conectar mi móvil a su altavoz y ponérselo a ella solo. De todas formas no podrá apagarla hasta que coja mi móvil del salón - se sentó junto a mí en una silla alta y estuvo a punto de robarme un sorbo de café pero la detuve con la mirada.

- ¿Crees que deba seguir con el equipo de debate? - Margot se quitó las gafas y se estiró en la mesa - El año pasado nos fue bien, pero no quiero perder tanto tiempo.

- Quizás deberías esperar a las clases y ver el nivel de exigencia. Empieza con ello; al fin y al cabo siempre puedes dejarlo.

 Metí el resto de mandarina en mi boca y fui a mi habitación a vestirme. Escuché revolotear a Diane en la habitación de al lado. Probablemente yo estaría igual si no fuera porque preparo la ropa la noche anterior.

  A pesar de toda la prisa que nos dimos, llegué super justa a mi primera clase. Tuve que dejar a Margot junto a Diane en su facultad porque si no no llegaba a tiempo. Escribieron en el grupo de Whatsapp, Margot  estaba en clase, y Diane contestó el mensaje con un emoticono de vómito.

 Iba tan atenta en contestar el teléfono que casi trastabillo con la puerta del aula. Una mano salvadora me empujó hacia la derecha en el último segundo.  Miré en seguida hacia arriba para pedir perdón, pero unos brazos me sofocaron.

- ¡Alex! - a pesar de no haber visto la persona que me había salvado, sí reconocía ese perfume.

- James - el nombre salió casi inentendible en su camiseta.