• Capítulo 22 •

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Al día siguiente de la paliza que recibió Chifuyu por parte de Baji, se fue en busca de Takemichi

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Al día siguiente de la paliza que recibió Chifuyu por parte de Baji, se fue en busca de Takemichi. Quise ir pero por pedido del rubio, no me involucraré más en el asunto relacionado al pelinegro o en sí sobre ToMan, ya que dice que no merezco pasar tanto mal rato.

Con respecto a Baji, necesito hablar con él. Tengo que hacerle saber lo que está pasando independiente de las idioteces que está haciendo contra sus "amigos". Para bien o para mal, él es el padre de mi hijo o hija. Y siguiendo la línea de los errores que no quiero cometer, está en que ambos seamos partícipes de la vida del bebé en camino.

Luego de terminar de lavar los platos y mi crisis existencial fuera resulta, la puerta fue tocada. Me acerqué a la puerta y la abrí, dándome una gran sorpresa.

—Mamá...— La vida me odia definitivamente.

—Tenemos que hablar _____.

—¿De qué si se puede saber?— Me encontraba apoyada en el marco de la madera.

—¿Me dejarás pasar?— Se veía realmente mal. Había bajado mucho de peso, su cabello estaba casi muerto y su ropa se veía a leguas que no había sido lavada o estaba muy maltratada.

Me hice a un lado y le señalé un sofá para sentarnos a conversar.

—¿Cómo va la escuela?— Se veía tensa y con una sonrisa forzada.

—Que sea rápido, no tengo mucho tiempo y menos para gastarlo en ti.— Dije seria, bufó y relajó su expresión.

—Necesito dinero.— Posó su mirada por los rincones de mi hogar. —Y esta casa con toda su inversión podría dar varios millones. —Con la mitad, podrías comprar un apartamento apto a tus necesidades y pagarte una universidad.

—A ver si entendí...— Masajee mis sienes intentando procesar la semejante barbaridad que acaba de decir. —Quieres negociar esta casa ¿No es así?— Asintió frente a mí en el sofá individual. Me puse de pie intentando calmarme. —No lo puedo creer... ¿En serio eres tan cínica? Está estipulado mamá. ¡Está escrito en un puto papel, que no tocarás nada de esta propiedad a no ser que yo lo decida!

—¡No puedes ser tan egoísta _____!— Lo poco y nada de mi paciencia se fue al caño. —¡En esta casa también viví yo! ¡Soy tu madre! Que no se te olvide. — Reí por lo último.

—¿A costa de qué? ¿Ah? Dime.— Me moví de lado a lado con una mano en la frente. —¿Mi madre? Mi madre no eres tú. Mi madre era la que se desvela a mi lado en mis noches de pesadilla, la que me da un hombro cuando quiero llorar, la que está en mis peores momentos y mis mejores victorias... Madre, es todo lo que tú no fuiste... Y sólo para que sepas este lugar en su totalidad me pertenece. Y para que sepas... No te daré ni un puto peso para ir a gastarlo con ese cerdo calvo brillante.

—Traeré un abogado, si no será por las buenas, será por las ma-

—Sí, sí, sí.— La interrumpí empujandola hacia la salida. —Trae a quien quieras. A tu abogado, al presidente, al Vaticano entero si quieres, me importa una mierda.— Pasamos el umbral de la puerta. —Haz lo que quieras, pero lejos de mí.— Cerré de golpe la puerta dejándola totalmente indignada.

𝐈𝐍𝐌𝐀𝐑𝐂𝐄𝐒𝐈𝐁𝐋𝐄 | Baji Keisuke ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora