Ser parte de la ToMan no es fácil. ¿Tener un novio pandillero? Mucho menos. ¿Serás capaz de impedir sus impulsos? Ya lo veremos.
«Se recomienda utilizar el tema oscuro.»
- Baji x fem reader.
- Los personajes no me pertenecen.
- Créditos respectivo...
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Al rato de que Baji habían ingresado a cirugía, la madre llegó.
—¡_____!— escuché desde el pasillo, seguido de la voz de Draken decirle 'Está por allá'. Me giré a ver, venía corriendo. —¿Cómo está? ¿Cómo está mi hijo?— tenía la respiración agitada.
Me tomó del rostro y yo le devolví el gesto.
—Está siendo operado... Él...— no pude hablar pues me abrazó y apegó a ella.
—No nos va a dejar solas _____.— se alejó nuevamente para verme a los ojos y darme una sonrisa tranquilizante. —Keisuke estará bien.
Por un breve instante recordé que ella no estaba al tanto de la real situación entre nosotros. Mordí mi lengua nerviosa por las palabras que diría, no sabía cómo reaccionaria y tampoco quería hacerme grandes expectativas porque ninguna madre espera que tu hijo sea padre a los 18 años.
—Señora Baji.— me respondió con un 'hmm' mientras intentaba quitar los rastros de sangre en mi ropa con su pañuelo. —Hay algo que debo decirle.
—¿Qué sucede mi niña?— comenzó a a peinarme sutilmente el cabello que había sido desordenado con tanto alboroto.
—Yo...— bajé la mirada avergonzada. —Estoy embarazada.
El silencio se hacía mi mayor enemigo y conforme los segundos, querer levantar la mirada era un tortura.
—_____.— su tono fue serio. —Alza la cabeza.— hice lo que pidió, encontrándome con el rostro de una madre a punto de regañarte. —No quiero que vuelvas a bajar la cabeza por eso, no tienes que avergonzarte.
—Pero yo...
—Nada de peros.— me interrumpió. —¿Kei lo sabe?— asentí. —Ven aquí.
Me acerqué a sus brazos para envolverme en ellos. Me acariciaba la cabeza sutilmente dándome breves besos en la cabeza.
—Todo está bien.— su voz se entrecortaba. —Estoy contigo y sea cual sea la circunstancia, te apoyaré.
Mis ojos se cristalizaron y me aferré a la parte trasera de se abrigo.
Gracias.
Los minutos pasaban y se sentía irreal. Estaba la ToMan con nosotras en todo momento, bebía un té que Mitsuya había comprado y Chifuyu con la señora Baji no alejaban su mano de mi vientre.
—Ven, acuéstate aquí.— el rubio me señaló su regazo para descansar. Apoyé mi cabeza y sentí algo cubrirme, voltee la cabeza y era la pelinegra entregándome su abrigo. —Descansa un rato.
Delante de mí en el suelo, se sentó Smiley recostando su cabeza sobre mi
