• Capítulo 26 •

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Los meses pasaban y mi barriga crecía cada vez más

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Los meses pasaban y mi barriga crecía cada vez más. Ciertas cosas se me dificultaba más que otras y la madre de Baji me ayudaba en todo.

A Chifuyu no teníamos como sacarlo del departamento a estas alturas, así que estábamos acostumbrada a su presencia constante.

—Iré por un vaso de agua.— A mis nueve meses, ya era un desafío hasta pararme del sofá.

—Déjame ir yo.— El rubio quiso intervenir pero no alcanzó.

—Es sólo ir por un vaso, no seas dramático.— Me acerqué a la cocina. Llevaba un cómodo vestido floreado que me había fabricado Mitsuya junto una infinidad de ropa para el bebé. —Como te estaba contando...

El sonido del agua chocar con el suelo me interrumpió.

-¿Se te cayó el vaso? No te muevas, te puedes cortar, deja que...

—No era el vaso Chifuyu...— Miré hacia abajo. —Se me acaba de romper la fuente.

Empecé a asustarme pero el rubio lo estaba aún más.

—Carajo... ¡Señora Baji!

—Fue a comprar, idiota...— Un quejido se escapó de mi boca.

—¡Espera! ¡Voy por la mochila!— Corrió a la habitación mía y del bebé a sacar el bolso que teníamos preparado por si esto pasaba. —Bien... Las llaves del auto...— Mientras las buscaba con la mirada, yo me acercaba a la puerta. —¡Bingo! Ya, vamos.

Me ayudó a moverme hasta la salida donde estaba la escalera.

Quise bajar un peldaño pero una contracción me golpeó y poco a poco me iba haciendo pequeña.

—¿Por qué no ponen un puto ascensor?— Comencé a maldecir.

La verdad es que después del octavo mes, ya eran contadas las veces que salía debido a lo mucho que me dificultaba subir o bajar las escaleras. A estas alturas llevaba más de 3 semanas sin salir, pero era muy consentida por toda la ToMan, quienes me visitaban muy seguido,

-A la mierda.— Chifuyu dentro de todo, me cargo y emprendió rumbo escalera abajo. —¿Otra contracción?

—S-sí...

Chifuyu había estado estudiando por iniciativa propia sobre los síntomas y todo lo que un embarazo implicaba, pero obviamente había sido guiado en su mayoría por el de pelo lila.

—Vamos, vamos, vamos.— Me sentó como pudo en el asiento del copiloto. Se atravesó sobre mí para ponerme el cinturón de seguridad.

—Puedo hacerlo yo... La puta madre...

—Bien, vámonos.— Corrió hasta el otro lado y manejó a toda velocidad al hospital. —_____ háblame, no te concentres en el dolor.

—¡¿Cómo quieres que no me concentre en el dolor si estoy a punto de parir?! Oh mierda...— Hice la cabeza hacia atrás. —La señora Baji Chifuyu... Hay que avisarle...

𝐈𝐍𝐌𝐀𝐑𝐂𝐄𝐒𝐈𝐁𝐋𝐄 | Baji Keisuke ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora