• Capítulo 20 •

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Abrí los ojos con dificultad, el blanco de la habitación me golpeaba con brutalidad y sentía haber dormido 2 siglos

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Abrí los ojos con dificultad, el blanco de la habitación me golpeaba con brutalidad y sentía haber dormido 2 siglos.

—Despertaste.— Me giré a mi izquierda para ver sentado a Mitsuya leyendo algo en el sofá individual. —¿Cómo te sientes?— Sé acercó y sostuvo mi mano delicadamente. —Nos diste un susto bien feo anoche.

—Lo siento... Sólo me sentí un poco mal.— Hablé con la voz adormilada. —¿Dónde está Mikey?— Moví mi cabeza en todas direcciones buscando la presencia del rubio.

—Lo envié a casa a penas supimos que estabas bien, insistió en quedarse pero dejaban solo a una persona. Iré a buscar al doctor, vuelvo enseguida.

Miré a mi alrededor y estaba en una habitación relativamente pequeña. Tenía conectado una intravenosa, seguramente para pasar la noche.

Entró nuevamente Mitsuya seguido de un doctor.

—Hola, _____ ¿Verdad?— Revisaba un informe. —18 años... ¿Cómo te sientes?— Sacó una lapicera y comenzó a anotar.

—Bastante bien ¿Qué ocurrió anoche?

—Te desmayaste. Ingresaste con la presión baja ¿Haz sufrido mareos antes?

—Muy leves.

—Perfecto...— Siguió anotando. —¿Náuseas? ¿Vómitos? ¿Cansancio?

—Náuseas sí, con algunas comidas. La verdad es que apenas si tengo tiempo para comer.— Lo último lo susurré.

—_____ ha estado sometida a bastante estrés últimamente, ¿Lo ayer pudo ser producto de eso? Digo, también no ha recibido muy buenas noticias, sobre todo anoche, se vió algo afectada. — Me miró de reojo el de cabello lila.

—Puede ser un factor detonante, pero hay algo más... _____— Me miró a los ojos. Trague duro. —¿Cuando fue tú última menstruación?

Los colores de mi cuerpo se fueron al otro mundo. He estando tan ocupada que ni siquiera recuerdo eso... Mierda. Al parecer el doctor se dió cuenta de ello.

—N-no lo recuerdo... ¿Cree que yo podría...?

—Saldremos de la duda inmediatamente.— Se acercó a mi lado y me fije de la presencia de una máquina bastante extraña. Comenzó a hacer unos ajustes. —¿Usted es el novio?— El mencionado se sonrojó y comenzó a negar con las manos inmediatamente.

—No, pero saldré inmediatamente.

—No... Por favor quédate, no quiero estar sola.— Afirmé su mano con fuerza y este me devolvió el gesto con una sonrisa.

—Perfecto _____ ¿Puedes abrirte el traje?— Claro, traía el traje de la ToMan, si me había desmayado al término de la ceremonia.

Con vergüenza lo abrí dejando a la gusta el vendaje y mi abdomen.

𝐈𝐍𝐌𝐀𝐑𝐂𝐄𝐒𝐈𝐁𝐋𝐄 | Baji Keisuke ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora