• Capítulo 23 •

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—¿Qué?— Takemichi estaba de rodillas haciendo una referencia frente a mí sosteniendo mi mano

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—¿Qué?— Takemichi estaba de rodillas haciendo una referencia frente a mí sosteniendo mi mano.

Llevaba cerca de 10 minutos rogandome. Apenas abrí la puerta de mi casa, este se abalanzó de rodillas. Estaba realmente desesperado.

—Por favor. Ven a hablar con Baji-San y haz que vuelva a ToMan.— Miré a Chifuyu a mi lado algo confusa.

—¿Por qué yo haría eso?— Pregunté nerviosa ante la extraña forma de pedírmelo.

—Porque ya lo intentamos y no funcionó.

—¿P-por qué lloras?— En sus ojos se estaba acumulando un mar de lágrimas. Intenté quitar mi mano pero no pude. —H-hey Takemichi.

—Por favor. Te lo suplico, te lo ruego, te lo imploro por lo que más quieras.—  A estas alturas ya estaba llorando de frustración.

—¿Acaso es por lo que te dijo Mikey en la ceremonia?— No respondió. —¿Qué te hace creer que a mí me hará caso?— Con algo de fuerza me solté de su agarre.

El motor de la moto se escucho desde la calle.

—Ya se nos hace tarde, andando.— Toqué su hombro para que se pusiera de pie.

—¿En qué quedamos sobre ToMan?— Inquirió Chifuyu.

—Es sólo una reunión, no jodas.— Pasé por el lado de ambos. —Ya, andando.

—Amor de mi vida, he llegado.— Smiley hizo sonar su moto fuera de mi casa. Quedó de llevarme para que Chifuyu pudiera ir con Takemichi.

—Vamos.— Me subí detrás para dejar un beso sobre su hombro y sostenerme de su torso.

Aceleramos a través de la noche por las iluminadas calles de Tokyo.

Hoy era la reunión previa al enfrentamiento de mañana contra Valhalla, en la cual por obvias razones yo no sería participe.

Estaba condenada a sufrir de incertidumbre desde la comodidad de mi casa, pero confiaba en ellos. O eso esperaba creer.

Aún así me inquietara la presencia de Baji en el bando enemigo, sabía que Mikey no lo pasaría por alto.

Llegamos al templo Misashi, donde ya había un considerable número de miembros ya presentes, por lo que me acerqué a saludarlos a todos.

—¿Cómo están?— Hakkai y el de pelo lila me hicieron un movimiento con la cabeza.

—¿Cómo te sientes?— Me susurró disimuladamente Mitsuya. Aún no sabían más personas a excepción de él, Chifuyu y Emma.

—Un poco nerviosa por mañana.— Dije de vuelta.

—¿Acaso no confías en nosotros?— Habló Hakkai uniéndose a la conversación. —Mitsuya me contó sobre tu desmayo y es bueno que no estés mañana. Necesitas descansar.— Despeinó mi cabello.

—Mucha tinta te afectó el cerebro que te desmayas.— Soltó Muto con un grave tono.

—Ya va a empezar.— Avisó Mitsuya.

Nos unimos a la formación para ver como entraban a caminata firme ambos rubios.

—¡Empezaremos la reunión previa a nuestro combate con Valhalla!— Gritó Draken.

—Gracias a todos por venir.— Inició Manjiro. —Mañana vamos a pelear contra Valhalla. Ellos buscaron pelea, no ganaremos nada con esto... Y Baji está con el enemigo.— Vi como Chifuyo se tensó a mi lado. —¡En la ToMan no nos apiadamos de los traidores!— Ahora me asusté yo.

Se quedó en silencio provocando una tensión mayor.

—¿Me permiten un capricho infantil?— '¿Eh?' fue lo que dijimos todos. Se sentó tocando el suelo. —No quiero pelear contra mi amigo.— Sonreí en un relajo al igual que todos.

Si bien con Baji ya no teníamos posibilidades futuras de volver a estar juntos, independientemente del bebé en camino, sino por su traición. No lo quería lejos de la ToMan, no por mí. Sino por los amigos que ha tenido prácticamente toda la vida.

Me ponía feliz que no le hicieran la guerra e intentaran traerlo de vuelta, a donde pertenece.

—¡Esa es la solución que encontré!— Mikey se puso de pie, extasiado. —¡Quiero que me ayuden! ¡Mañana vamos a acabar con Valhalla y traeremos a Baji de vuelta a la ToMan! ¡ASÍ ES CÓMO VAMOS A PELEAR!

Los puños al aire, seguido del festejo.

El plan estaba listo, el objetivo claro y las ganas de partirles el culo a Valhalla a estos muchachos no les faltaba.

Me sentía tranquila de que por fin se pudiera solucionar esto.

—¡ToMan! ¡ToMan! ¡ToMan!

—¡ToMan! ¡ToMan! ¡ToMan!

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Hoy es 31 de octubre. El día del enfrentamiento y ahí estaba yo con el alma atada a un hilo.

—Prométanme que van a cuidarse.— Mi corazón se aceleraba al verlos partir y no estar con ellos. Era más angustiante estar lejos que estar en campo de batalla.

—Estaremos bien _____. Ve a casa a descansar.— El del dragón tocó mi hombro y lo apretó ligeramente.

—Eso suena sencillo pero no es tan fácil...— Me crucé de brazos totalmente indignada. —Al menos déjenme estar ahí de lejos mirando.

—Es peligroso.— Habló Mikey.

—Pero es en un estacionamiento.— Mostré un puchero intentando convencerlos pero al ver sus caras serias me rendí. —Al carajo.— Dije con cierta molestia.

—Ve a prepararnos algo de beber y luego iremos a celebrar a tu casa. ¿De acuerdo?— Smiley ofreció mi casa como si fuera la suya, en fin.

—Bien, bien. Me voy.— Levanté las manos en son de paz. —Pero me llaman si pasa algo.— Les di una mirada asesina mientras los señalaba con un dedo. —Sino, los castro. A todos.— Hice énfasis en el 'todos'.

Viendo como se iban todos muy bien vestidos con sus trajes y correas bien atadas.

Quise confiar y decidí esperar. Me di la vuelta y caminé hacia casa.

Todo estará bien...

Eso voy a pensar.

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𝐈𝐍𝐌𝐀𝐑𝐂𝐄𝐒𝐈𝐁𝐋𝐄 | Baji Keisuke ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora