III. THOMAS

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Capítulo 3:

Había una reina: majestuosa e imponente. Había un cuervo. Y había una fecha con sangre en la punta que yacía entre los matorrales como una reliquia. Había algo más, pero no era capaz de distinguirlo.

No. No era la primera vez que soñaba con eso, pero siempre lograba ver algo nuevo. Algo diferente. O tal vez, otro punto de vista. No pretendía darle importancia al asunto al principio, pero por más que quisiera fingir que no era más que un sueño, no lograba sacarlo de su cabeza.

〄〄〄

Tres golpes seguidos y calmados en la puerta de mi habitación me sacaron de mis pensamientos, y fue algo tan repentino que ni siquiera recuerdo lo que estaba pensando. Lo único que creo saber, es quién está detrás.

—Hola —saludo cuando encuentro su rostro detrás de la puerta.

Su sonrisa es inconfundible; y eso es algo que podrían decir todos en este lugar. Savannah parece estar siempre feliz y segura de lo que hace, aunque todos nosotros sabemos que es tan fácil romperla como hacerla reír. De cualquier forma, no era la persona que esperaba.

—¿Cómo estás? —pregunta.

Se carga sobre la punta de sus pies de forma inconsciente cuando la frase sale de su boca, y eso le sirve de impulso para dar un paso hacia adelante cuando me muevo a un lado de la puerta para dejarla entrar.

—Bien. ¿Pasó algo? Es temprano.

Ella espera a que la puerta esté cerrada para responder:

—Nada grave. No podía dormir; anoche Kat me habló sobre la conversación que tuvieron ayer, y luego comenzó a crear teorías. No creo que AIDH esté ocultando nada, pero aun así no puedo dejar de pensar en eso.

—Katia es un pequeño generador de teorías conspirativas. No te preocupes por eso.

—Lo sé, pero esto de verdad le preocupa. —No respondo, no sé qué decir al respecto. Estaría mintiendo si le dijera que yo no he pensado en eso también. Me limito a asentir para aliviar la tensión, y Savannah agrega: —¿Y tú qué haces despierto tan temprano?

—Espero a alguien —respondo—. Nada importante.

Eso la hace sonreír.

—Nada importante —repite—. Claro, Thomas. ¿Puedo saber quién es?

—Adam —murmuro, como si lo guardara como a un secreto.

Savannah entrecierra los ojos.

—Bien —murmura luego—. Diviértete. ¿Ellos lo saben?

—Katia lo sabe.

Savannah salió de mi habitación un par de minutos más tarde, dijo que tenía algo que hacer, pero creo que solo tenía miedo de interrumpir.

Katia habló con ella anoche; no puedo dejar de pensar en eso. También habló conmigo, pero creí que solo necesitaba despejar sus pensamientos. Me dijo que habló con Mark, y que él era la herramienta que necesitábamos para descubrir qué es lo que ocultan nuestros padres. Habló sobre el secreto que se oculta en la zona de máquinas y de que AIDH está experimentando con el tiempo. Parece una locura, pero por alguna razón confió en ella.

Luego de un rato, recibo el mensaje de Adam diciendo que está afuera. Pero no es el único mensaje en mi teléfono.

Katia: necesito hablar con ustedes, ¿puedes estar en mi habitación hoy a las cinco?


La tarde se volvió tediosa cuando me quedé sin nada para hacer, así que decidí buscar a los demás. Encontré a Ethan y Katia recargados contra una de las paredes del pasillo.

AIDH: un nuevo orden mundialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora