XIII. MARK

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Capítulo 21:

Todo está listo: los chicos se quedaron aquí anoche y eso resultó mejor de lo que esperaba, Addison estará aquí en un par de horas y no hemos tenido noticias de AIDH. No sé qué es lo que están planeando, pero sea lo que sea que hagan, estamos fuera por ahora. Estamos bien, estamos ganando.

Comienzo a ser consciente del incremento de luz en la habitación cuando Sebastian me distrae. Trae consigo dos tazas, y acerca una hacia mí antes de sentarse a mi lado: No sé lo que contiene, pero la tomo sin cuestionarlo demasiado.

-Mark, ¿desayunaste?

La taza huele a café. Él mantiene la suya pegada a su cuerpo.

-No. Nunca desayuno. Para este punto creí que ya lo sabías.

Estamos solos en la sala principal de la cabaña porque aún es temprano, y Liv y Gavin (que eran los únicos despiertos) volvieron a salir para intentar averiguar algo más sobre AIDH. La idea inicial era que todos nos quedaríamos aquí, pero es muy difícil convencer a Liv, y Gavin decidió acompañarla. Aunque tenían una buena excusa, y es que, dentro de todo, ellos son los menos expuestos del grupo.

-Para este punto creí que sabías cuidarte mejor. No duermes, no comes bien y, además, vas a lugares que ponen en riesgo tu vida -responde apoyándose contra la mesa-. No sé cómo es que sigues vivo aún.

Podría decirle que "estoy acostumbrado", pero él sabe mejor que nadie que la costumbre solo reduce los síntomas; las consecuencias siguen siendo las mismas. Pienso en otra respuesta, pero no hay ninguna mejor.

-Estoy bien, Sebastian. No te preocupes por mí.

-Es inútil que lo digas.

Lo sé, también es inútil que Sebastian me diga que deje de preocuparme por él.

-Da igual, ¿qué haces despierto a esta hora?

Son las siete de la mañana, y aunque no es tan temprano, sí es extraño que Sebastian esté despierto a esta hora. Sobre todo, considerando que no tiene nada que hacer hoy.

-Nada interesante, solo que no podía dormir. Estaba pensando en todo lo que está a punto de explotar en AIDH y en el resto del mundo.

-No seas pesimista.

-No soy pesimista, es la verdad. No sabemos qué es lo que están a punto de hacer y el hecho de que lo mantengan en secreto lo hace aún más complicado. No tenemos nada, Mark. Estamos yendo a un acantilado, y alguien tiene que caer. Al menos ellos saben en dónde está, nosotros estamos explorando un terreno desconocido.

-Bien, suficiente de metáforas. Nadie te necesita estresado.

Sebastian suele estar tranquilo, pero cuando se estresa comienza a hiperventilarse. No le hace bien estar estresado -y a ninguno de nosotros tampoco-. Por el bien de todos, necesito que se tranquilice.

-Está bien -acepta luego. Entonces hace una pequeña pausa antes de seguir hablando de algo más-. Por cierto, ¿con quién dormiste anoche? -Su comentario me hace reír, pero es la única respuesta que le doy. Entonces él se acerca más a mí-. ¿Mark?

-¿Sebastian? -digo imitando su tono.

-No llegaste a dormir anoche.

-No. No llegué. -Me quedé aquí toda la noche, esa es la verdad. No sé con quién cree que me quedé anoche-. Y deja de decirlo con ese tono, todos creerán que estamos casados.

-Te traje café, Mark. Estamos casados. -Una vez lo obligué a fingir que estábamos casados porque necesitábamos una excusa para entrar a un lugar de organización de bodas, y desde ese momento no deja de molestarme-. ¿Entonces?

AIDH: un nuevo orden mundialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora