XIX. KATIA

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Capítulo 31:

Sus ojos se ven más oscuros y grandes de lo normal. Podría ser la poca luz en la habitación, pero creo que hay algo más detrás de eso; detrás de su mirada y de todo lo relacionado con ella. Y estoy feliz de verla otra vez, porque es Savannah; es mi mejor amiga, pero una pequeña parte de mí dice que esa Savannah se ha ido para siempre.

-¿Qué haces aquí? -pregunto en voz baja antes de dejarla decir cualquier otra cosa.

-Es lo que yo quiero saber -Su voz también es diferente. Suena frío e indiferente, como si no le importara nada de esto-. ¿Cómo entraste y qué es lo que estás haciendo aquí?

Mark está quieto y en silencio detrás de mí. Ninguno de los dos se ha motivo.

-No estamos haciendo nada -respondo intentando sonar calmada, pero ella no va a creer eso-. ¿Alguien más lo sabe?

-Nadie lo sabe aún, pero no tardarán mucho en enterarse.

-No van a enterarse si tú no les dices nada.

-Ellos lo saben todo, Katia. Lo ven todo, todo el tiempo. Nos ven a nosotros, todo el tiempo. Cada día, a cada hora.

Su tono es tranquilo, pero acelerado. Se escucha robotizada, pero es como si luchara por recuperar su tono habitual. Me pregunto si sabrá algo sobre los siete reyes.

No puedo dejarla sola una vez más. Necesito salir de aquí y necesito que ella me acompañe.

-Afuera no pueden hacerlo. Ven con nosotros y te lo mostraremos.

Savannah entrecierra los ojos, tratando de distinguir alguna expresión en mi rostro bajo la oscuridad de la habitación y luego vuelve a apoyarse contra la puerta.

-Si te vas ahora no podrás salir. No eres tan rápida, el botón de emergencia está afuera de esta habitación -dice. Ese tono tan calmado está comenzando a ponerme nerviosa-. Quédate conmigo, yo podré ayudarte.

Pienso en mi siguiente movimiento, porque, aunque es arriesgado, es la única opción segura que tenemos.

-Mark -comienzo a hablar usando un tono tan calmado como el de Savannah-, sal de aquí.

No despego la mirada de la de ella, porque es la única forma de mantenerla concentrada.

-No -responde en voz baja. Su respiración se escucha agitada.

-No es una pregunta. Sal de aquí, Mark.

Savannah no reacciona ante esto, así que supongo que no le importa si Mark se queda o se va. No quiere a Mark, me quiere a mí y si él se queda no podrá ayudarla. Además, si él se quedara, nadie sabrá en dónde estamos. No sé cuánto tardarán en buscarnos y Savannah no estará tranquila durante mucho tiempo.

-No vas a poder salir -vuelve a decir Savannah mirándome a los ojos.

Sabe que Mark está en la misma habitación, pero le es indiferente, y de verdad quiero entender la razón.

-No voy a salir.

Mark sigue sin reaccionar, y no sé qué hacer para que salga.

AIDH: un nuevo orden mundialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora