Stark entró a el departamento de Natasha con un semblante serio, casi algo gruñón. La pelirroja suspiró enamorada de ese rostro tan atractivo.
El semblante de Anthony cambió cuándo estiró su brazo hacia Natasha, entregándole un ramo de rosas rojas, le regaló una sonrisa encantadora, siendo correspondido con un sonrojo en las blancas mejillas de la pelirroja y una sonrisa tierna como sus ojos.
— No tenías por qué, pero muchas gracias. — Mencionó mientras acercaba el ramo a su rostro para olerlas, per encima de ellas de regaló una mirada coqueta y tímida a el contrario.
El castaño sonrió ante el acto y negó suavemente con una sonrisa ardiente en sus labios.
— Siempre es un placer verte hacer eso cada que te regalo flores. — Respondió para luego guiñarle.
Natasha negó suavemente para luego dejar las flores sobre una pequeña mesa que se encontraba a lado de la puerta y tomar con delicadeza la mano de Tony.
— Hoy cumplimos 4 meses saliendo, tal vez quieras salir a cenar o podemos ir al cine, tú elige. — Mencionó mientras jugueteaba con los dedos de el más alto.
— O podemos pasar la noche aquí, me encanta estar a solas contigo, puedo verte, abrazarte y besarte todo lo que yo quiera. — Soltó antes de dirigir su mano libre hasta una de las sonrojadas mejillas de la pelirroja y acariciarla.
La pelirroja soltó un suavemente suspiro mientras se perdía en esos ojos cafés, la atrapaban por completo, tomó aire cuándo sintió el pulgar del castaño acariciar suavemente su labio inferior, se preguntaba qué pasaría si decidiera sacar un poco su lengua y lamerlo sólo un poco.
— Sí, definitivamente es mejor estar aquí.— Dijo la pelirroja mientras cerraba sus ojos.
El lugar estaba muy poco alumbrado, sólo había un par de velas en la mesa de centro de la pequeña sala, y la demás luz era la proveniente de la ventada que dejaba ver la redonda luna.
Natasha guió a Anthony hasta su amplio sofá para que se sentara y luego se sentó a su lado, lo único que los separaba era un pequeño cojín que colocó Natasha para poder apoyar su mano entrelazada suavemente con la de Anthony.
— ¿Cómo estuvo hoy tu día? — Soltó Natasha queriendo aligerar la tensión que se había creado.
— Bastante normal, ya sabes, juntas y papeleo, lo único bueno de hoy eres tú, bueno, lo mejor de los últimos 4 meses. — Dijo mientras sonreía levemente.
Natasha sonrió antes de soltar suavemente sus manos para ponerse de pie.
— ¿Quieres algo de vino?
— Lo que quiero es besarte hasta que quedes tan mojada que lo único que me pidas sea que te penetre, y sí, también algo de vino. — Soltó sin pudor alguno.
Natasha tragó saliva y trató de hablar, son embargo ninguna palabra salía de su boca. Anthony se puso de pie y la miró fijamente, quería intimidarla. Nat vió fijamente los labios del castaño para luego ver sus ojos, quería besarlo, claro estaba.
El castaño sonrió, la tenía justo donde quería, se acercó aún más y rodeó la cintura de la pelirroja con uno de sus brazos para pegarla más a su cuerpo, sintió el cuerpo de la pelirroja tensarse ante su toque, su mano libre se dirigió hasta su nuca para acercarla a su rostro y por fin devorar sus carnosos y rojizos labios.
Las manos de Natasha fueron hasta los brazos de el mayor para aferrarse a él, no quería soltarlo, no quería dejarlo ir. Con un atrevimiento increíble sintió cómo la lengua de Anthony invadió su boca, la saboreó a su antojo, y Natasha estaba más que encantada.
La mano de el castaño que se encontraba en la cintura de Natasha bajó traviesamente hasta el suave trasero de la rusa, lo masajeó un poco esperando alguna queja, sintió un tirón en su entrepierna cuándo la pelirroja se restregó contra él en busca de más.
Levantó suavemente el vestido que llevaba la pelirroja, agradeció mentalmente al notar que llevaba sólo una tanga negra que definitivamente no dejaba nada a la maldita imaginación. Stark sabía que miles de hombres quisieran estar en su lugar, que darían lo que fuera por tener a una mujer cómo su Nat en un momento así, pero jamás lo obtendría, por que Natasha Romanoff es sólo de él, de nadie más.
Natasha dejó los labios tan adictivos de Anthony para tomar aire y disfrutar de cómo la mano ajena amasaba una de sus nalgas con fuerza, no pudo evitar atacar en cuello descubierto de Anthony, besaba, lamía y chupaba todo a su alcance.
— N-no te, ¡ah! molestan las marcas, ¿cierto? — Preguntó apenas audible cerca del oído de el castaño.
Anthony la besó con pasión, roblándole el poco aire que había podido conseguir para luego sonreír coqueto.
— Marca todo lo que quieras, cariño. Créeme que yo lo haré.
Natasha jadeó, se acercó y empezó a marcar el cuello del mayor, desabrochó sin delicadeza la camisa negra que llevaba para empezar a besar, lamer y marcar su pecho. Arqueo levemente la espalda cuando sintió la mano de Tony subir hasta el cierre de su vestido, lo bajó lentamente mientras sus labios atacaban con delicadeza el cuello de la pelirroja, Natasha estaba extasiada, cerró sus ojos y mordió su labio inferior mientras ladeaba la cabeza para darle más acceso a Anthony.
Stark quitó por completo el vestido para dejarlo caer al suelo, sintió cómo su pene quería romper sus bóxers al ver que la pelirroja sólo llevaba bragas. Anthony volvió al sofá y vió fijamente el maravilloso cuerpo de la mujer frente a él.
La pelirroja no entendía.
— ¿Hay algo de malo? — Preguntó apenada mientras tapaba lo que podía con sus pequeñas manos.
— Eres perfecta, la mujer más sexy que alguna vez haya imaginado, Natasha. Ven aquí. — Dijo Anthony mientras le extendía la mano a la pelirroja.
Natasha la tomó sin duda alguna para acercarse hasta quedar enfrente de Anthony. Stark puso ambas manos sobre las caderas de la pelirroja para luego acercarse y dejar un casto beso sobre su abdomen, el cuál hizo a Natasha suspirar. Sus manos se deslizaron hasta sus muslos, los amasó suavemente para luego dejar besos sobre ellos. Acarició sus piernas con ternura mientras su frente reposaba sobre el vientre de la pelirroja. Subió sus palmas hasta el trasero de la pelirroja para dejar una suave nalgada sobre él, sonrió al escuchar una corta risita de su chica. Alzó la mirada y apreció sus senos, grandes, redondos y hermosos, moría por lamer esos pequeños botones rosas, vió su pecho y su cuello para luego encontrarse con su rostro, era bellísima, la mujer más hermosa que alguna vez haya visto. Sus mejillas estaban sonrojadas y su cabello levemente alborotado, era tan tierna y sexy a la vez que no sabía si abrazarla o cogerla tan duro hasta hacerla llorar de placer.
Suspiró para luego ponerse de pie y cargarla estilo princesa, no pudo evitar sonreír cuándo Nat le insistía en bajarla.
— Tonto, ¿qué haces? no soy una princesa.
— Lo eres, eres mi princesa. — Dijo antes de entrar a la habitación de la pelirroja y dejarla suavemente sobre su cama.
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Me gusta hacerla de emoción.
BUENA NOCHE.🥀
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One Shots IronWidow.
FanficAquí subiré algunos one shots de ésta maravillosa pareja que la mayoría amamos.