22: ¿Cuándo dejarás de subestimarte?

4.2K 241 15
                                    

No había manera de describir el corazón me latía con tanta fuerza, caminaba, deprisa y con mi respiración errónea, percibía los pasos de Jack a mis espaldas, sabía que en cualquier momento me iba a detener, y precisamente por eso, aceleré el paso.

—¿En serio? —resopló siguiéndome el paso, abrí la puerta de mi habitación y la cerré con el impulso, pero él fue hábil y la volvió abrir adentrándose y cerrándola de un portazo—, ¿esto es en serio? —repitió con un aire cansado, me detuve en medio de la habitación, con los brazos cruzados—. Nos estábamos llevando tan bien, Cassie —bufó.

La encaré, su pecho subía y bajaba frenéticamente. Su semblante estaba desconcertado y confundido, aún con las mejillas empapadas le respondí sintiendo el gran impulso de gritarle <<mentiroso>>, pero me contuve—. Oh ¿en serio? —me reí con ironía—. ¿Tan bien en una gran mentira, Jack? —rebatí acercándome a él.

Me miró con atención, de una manera intensa y repasando mi rostro un millón de veces desde mi frente hasta mi mentón—. ¿De qué hablas? —frunció el ceño y su voz fue más como una exhalación.

—¿De qué hablo? —repetí y jadeé, sentía las gruesas lágrimas correr por mis mejillas, pero ahora me importaba tan poco—. De ti, eres una maldita mentira, eres un mentiroso.

Y cómo si algo dentro de él se conectada, relajó el ceño—. ¿Qué te dijo ella? —suspiró frustrado.

Pero negué con la cabeza, pues sabía que refería a Annie, y ella era lo que menos me interesaba ahora—. Solo la verdad —espeté retándolo con la mirada.

—Cassie... —emitió casi agotada, dejando caer los hombros.

—No es... —desvíe la mirada y solté el aire de mis pulmones, echando la cabeza hacia atrás, una vez que controlé mis lágrimas volví a encararlo—, no es lo que me haya dicho, no es tu maldita traición, es... es que no te entiendo, jamás podré entenderte, jamás... yo —y me detuve, tomé una bocanada de aire y cerré mis parpados.

Jack suspiró y yo abrí mis ojos, se pasó las manos por la cara en un acto de exasperación—. ¡Estoy tan harto, no me gusta pelear contigo, Cassie! —exclamó y eso me tomó por sorpresa.

—¿Crees que yo no estoy harta? —susurré—, ¿crees que no estoy tan agotada mentalmente?, no-no sé cómo carajo tomarme toda este "matrimonio" tan arcaico, muchas cosas no tienen sentido para mí, ¿cómo es que sentiste cariño por mí?, ¿por qué me permitiste ver tu lado maravilloso si todo esto es puro cuento? —susurré y su ceño se frunció—. ¿Cómo sé que todo ha sido sincero y que no estás adaptándote a mí sin sentir nada?, dímelo, ¿cómo sé que no solo me estás ilusionando?

—Cassie, ¿por qué jamás notas lo bueno de ti?, ¿cómo es que nunca aceptas un te quiero sin que haya algo oscuro detrás de eso? —dio un paso a mí y me sentí incapaz de retroceder—, sí soy un hipócrita, una farsa, una jodida mentira, pero sobre ti... —siseó y pasó su mano por su mentón en un acto que demostró cómo se le estaba saliendo de las manos este asunto—. Joder... contigo no podría ser un maldito mentiroso, contigo...

Sentía un remolino en mi interior, me aterraba sin dudarlo caer, me aterraba que me mintiera porque adoraba que me dijera este tipo de cosas, esto me que me hace sentir su única debilidad.

—Si solo me estás ilusionando, preferiría que mejor no dijeras nada —musité y tragué grueso, desviando la mirada a su pecho.

Pero sus manos tomaron mi mentón, elevándolo para que sus iris verdes se colisionaran con mis azules, con aquella intensidad que me flaqueaba las piernas, con aquella sensatez en la que confirmé de ante mano que, Jack Johnson se había convertido en mi jodida debilidad.

Ramé (PROXIMAMENTE NUEVA VERSION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora