—¡Zoe!
Exclamé dramáticamente a través de la línea telefónica, estaba siendo cruel al jugarle esta broma, pero conocía a mi mejor amiga y ella conoce las bases de las mentiras, no caería en las mías por eso me vi apresurada a recurrir a un buen plan b para ayudar a mi amigo Samuel.
Zoe a veces puede ser muy quisquillosa, nada pasa desapercibido ante sus ojos.
—¡Por favor ven! —continué antes de darle oportunidad de emitir algo—, Jack no está y yo... estoy sangrando Zoe...
—¡Carajo, voy para allá!
Y con eso, cortó la llamada, dejé mi celular sobre la barra de la cocina y me giré para encarar al par que estaba a mis espaldas: Jack y Samuel.
—Viene en camino —le avisé a Sam quien estaba frente a mí.
Asintió y de nuevo comenzó a caminar en círculos—. Estoy nervioso, ¿Y si no le gusta?, ¿y si dice que no?, ¿no crees que fuiste un poco extremista?
—Deberías callarte —pronunció Jack, quien estaba recargado contra el umbral con sus brazos cruzados sobre su pecho —. Y Cass, coincido con él en esta ocasión, ¿no crees que fue una broma muy pesada?
Se veía jodidamente bueno, la camisa negra se adhería a los músculos de sus brazos por tenerlos flexionados, sus pantalones ajustados y el par de mocasines negros le quedaban a la perfección con su ropa, su cabello peinado por los dedos, se veía tan atractivo.
—Si le hubiera dicho cualquier otra cosa, no iba a creerme —fue mi respuesta mientras rodaba los ojos—. A demás, lo superará, me la debe.
Alrededor de diez minutos después, el auto de Zoe se escuchó atrayéndome a la realidad. Dejé de observar a mi esposo y miré a Sam con los ojos de par en par, bufó y comenzó caminar en pánico por toda la sala de estar de nuestra casa.
Me reí disfrutando los nervios de Sam, entonces la puerta fue abierta. En ella apareció Zoe con sus pantalones ajustados, zapatos negros de piso y un suéter verde olivo, su bolso colgaba de su hombro izquierdo y su cabello peinado por sus dedos.
—¡Cassie! —gritó corriendo por el pasillo—, ¡¿Dónde estás!?, ¡vamos al hospi...
—Zoe —emití y una sonrisa de gato rizón apareció en mis labios mientras que ella se acercaba a nosotros con el ceño fruncido y ahora, las lágrimas brotándole de los ojos al percatarse de que estaba sana y salva.
—Eres una maldita hija de puta —musitó.
Volteé a ver a Samuel de inmediato y ella siguió mi mirada hacia él.
—¿Qué pasa? —preguntó Zoe algo nerviosa mientras se acercaba a Sam y se secaba las lágrimas.
—Ustedes dos ya se van —los empujé a la puerta.
—¿Qué? —soltó Zoe confundida—, ¡no!, ¡yo no me voy hasta que le arranque los dientes!
Hice una mueca y miré a Jack y de ahí a Sam.
—Cassie —masculló Sam apretando los dientes.
—¡Alguien dígame que está pasando! —vociferó Zoe.
—Sam... —musité.
—Cass...
—¡Corten! —gritó Jack, me detuve y los tres miramos a nuestras espaldas a Jack—. Esto parece de telenovela. Zoe, lo de Cassie fue una broma pesada para un buen fin, así que Sam y tú saldrán a base de engaños de mi esposa, perdónala y perdóname por ser cómplice.
°°°
Estábamos, Jack, Archie, Beth y yo, sentados en la sala de estar, cada quien haciendo lo suyo, yo sobre el regazo de Jack siempre me dedicaba a observarlo y él tecleando sobre su ordenador, Archie y Beth se burlaban de la serie que veían y comentaban un par de cosas respecto a la misma.
—Llegué —emitió Cameron entrando como si fuera su casa.
Miré a mi derecha y Cameron venía caminando en nuestra dirección con una sonrisa—. Te tragó la tierra, ¿no? —pregunté enarcando una ceja.
Llegó a nosotros y se sentó junto a Archie—. En efecto, pero les quiero dar una noticia —pronunció emocionado.
—¿Nos dirás que por fin te diste cuenta de lo mal que huelen tus flatulencias? —preguntó Archie con diversión. No pude evitar carcajearme.
—Sí —respondió Cameron rápidamente, pero, lo pensó mejor y negó con la cabeza—. Digo no. Nunca han olido mal, les quiero presentar a alguien.
Enarqué ambas cejas—. ¿Qué?, ¿a quién? —pregunté.
—Paeton —emitió cuando la chica de cabello castaño, algo alta pero más baja que Cameron, ojos verdes, largas y gruesas pestañas, iba entrando.
—Me gustan sus piernas —me susurró Beth. Miré a Beth confundida y se encogió de hombros.
Negué con la cabeza y volví a ver a Paeton—. Hola —la saludé con una sonrisa.
Me devolvió la sonrisa—. Hola.
Cameron nos presentó a cada uno. La chica resultó ser increíblemente buena, la apruebo.
°°°
Recibí una llamada del hospital donde me habían hecho el ultrasonido. Diciéndome que tenía que ir urgentemente.
Jack y yo nos dirigimos al hospital cuanto antes, pues era llamada de la doctora que me dio la noticia de que estaba embarazada.
—Hola Cassie —me saludó la doctora.
—Hola —sonreí—. ¿Para qué me llamó? —pregunté preocupada mientras me aferraba a la mano de Jack.
—Verás, ¿qué doctor te atendió cuándo pensaron que estabas enferma?
—Mh... ¿Stone? —volteé a ver a Jack en busca de una confirmación.
—Sí —afirmó Jack.
La doctora asintió—. ¿Qué te recetó? —arqueó una ceja.
—Unas inyecciones y lavado de estómago.
—¿¡Lavado de estómago!? —exclamó envuelta en histeria—. ¡Pudo haber matado al bebé! ¿tienes idea de lo que es un lavado de estómago?
—No —respondí, hice una mueca negando con la cabeza.
Suspiró—. Cassie, es muy peligroso.
Por Dios.
—Hablaré con Stone, debió hacerte estudios o algo antes del lavado, pudo haber matado al bebé.
Sentí un nudo en la garganta y miré a Jack con la angustia en mis ojos.
—Pero calma, cuando te revisé, todo estaba excelente a pesar de que no tuvieras idea y que hayas tenido un accidente, ingerido alcohol y pasado por un lavado de estómago, su bebé es fuerte...
Nuestro bebé...
De Jack y mío...
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Ramé (PROXIMAMENTE NUEVA VERSION)
Teen FictionLa vida, la rutina, el pasar de los días era tarea sencilla, cada uno vivía a su ritmo sin conocerse, sin haber intercambiado palabras, ni saber lo que la vida les tenía destinado ése día, el cumpleaños de Cassie Clark. Algo caótico que a la misma v...