67: Detente, es mi hombre.

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5 años después...

—Jake —bufé—. No hagas eso —me quejé.

—Ve el lado bueno —emitió Jack besando mi cuello. Lo miré arqueando una ceja, pues estaba totalmente en desacuerdo con él—. Nuestra hija tiene una gracia.

—Cuidado, te puede noquear —advirtió Cam.

Reí y negué con la cabeza—. Te haré daño por gracioso —masculle divertida.

Cam elevó ambas cejas y posicionó sus manos al frente en manera de guardia—. Wow, Jack controla a tu esposa. Es toda una fiera.

Torcí los ojos.

—Bueno, Cameron y yo, ya nos vamos tenemos cosas que hacer —emitió el universitario de Jake. Crecen tan rápido.

—Tú tienes cosas que hacer, yo iré con Paeton —le dijo Cam a su hermanastro. Jake se frenó en seco y lo miró indignado.

Reí, pues ellos eran muy unidos y Jake se sentía ofendido cuando Cameron lo mandaba por el carajo cuando se trataba de Paeton la cual sigue siendo su novia.

—Karma por jugar con mi bebé —emitió Jack y tomó en sus brazos a nuestra preciosa hija.

—Ya no soy una bebé —se quejó la pequeña Isabella haciendo un puchero.

Me reí y observé la imagen frente a mí, padre e hija. Cada vez me encantaba más verlos así, Isabella estaba perdidamente enamorada de su padre, justo como yo.

—Isabella, hasta que tengas 18 dejarás de ser una bebé —le dijo Jack mientras pellizcaba la punta de su nariz respingada.

Lo miré con los ojos bien abiertos. Es algo exagerado y protector con su niña.

—Bueno, ya —intervine.

—¡Llegue! —gritó Zoe.

Rápidamente avancé a la entrada de la casa, mi mejor amiga estaba justo ahí con la maleta repleta de juguetes de su hijo, sí, tuvo un hombrecito de lo más tierno—. ¿Y Edward? —pregunté.

Ella señaló la puerta.

Ahí venía Sammy con Edward, su hijo, sobre sus hombros. Oí la risa del pequeño Edward era tan tierna. Atravesaron el umbral y yo caí en los encantos de el precioso Edward.

Sus ojos diversos y preciosos, uno de color miel, justo como el de Sam y el otro de azul celeste como el de Zoe, su cabello algo ondulado y de color castaño claro, justo como el de Zoe, sus ojos redondos y pestañas alargadas como las de Samuel, y sin duda alguna su sonrisa igual era de Sam.

—Oh —sonreí—. Ed, ven —lo llamé y él me extendió los brazos para tomarlo.

Me abrazó con fuerza y depositó un beso en mi mejilla, miró por sobre mi hombro—. Ay no, ella está aquí —gruñó refiriéndose a Isabella.

—¿Quién? —reí y miré a mis espaldas. Jack estaba con Isa entre sus brazos, sus cejitas gruesas contraídas y los labios fruncidos.

—Isabella —susurró en mi oído.

Me reí y toqué su nariz pequeña—. Oye, se podrían llevar bien si ambos no fueran tan conflictivos —le expliqué al pequeño entre mis brazos.

—¿Qué? —rio Zoe mientras se acercaba.

La miré—. Le molesta que este Isabella aquí —reí.

—No te preocupes, a ella también le molesta —explicó Sammy, lo miré y me percaté de que ahora él tenía a mi niña en sus brazos.

Ramé (PROXIMAMENTE NUEVA VERSION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora