Reglas

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Marta

Hay días en los que piensas que sería mejor no despertar y este por muy  tonto que parezca era uno de esos,  el sonido del despertador indicándome que tenía menos de 20 minutos para alistarme y salir me hizo  saltar de la cama.

Después de un baño rápido me puse lo primero que  agarré, una camiseta color piel, una sudadera color oscuro, unas converse y unos Jean azul mezclilla, luego me miré al espejo.

No es como si me fuera a ver mejor, bajé deprisa las escaleras y agarré una fruta de la mesa, como siempre papá no estaba, sólo una nota que decía.

´´peke la comida está en el frío* cuando regreses te lo calientas ¿vale? regreso tarde papá ´´.

Ya era raro para mí despertar y ver a mi papá, pero no lo podía culpar desde que mamá desapareció trabajaba muy duro para que estuviéramos bien.

Miro el reloj y corro porque sólo quedan cinco minutos para mi cita, por suerte la parada queda cerca.

Llego y respiro aliviada porque falta exactamente un minuto, y cuando veo que pasan 30 segundos y nadie aparece digo con una sonrisa en mi rostro.

— Bueno, creo que yo cumplí, así que me puedo ir sola.

Y justo cuando doy media vuelta el sonido de su moto me detiene.

— No puede ser, de verdad vino — dije entre dientes.

Me giré y lo vi y no sé por qué, pero algo en él resultaba diferente, se quitó el casco para mostrarme su sonrisa cínica y una mirada que no sabía si me excitaba o me perturbaba.

— Hola Marta ¿que pasa, no puedes esperar un minuto por mí? Después de todo yo esperé casi cuatro horas en el frío por ti...

No pude evitarlo y sonreí.

— No puedo creer lo retorcido que eres ¿cómo pudiste esperar tanto solo por un chantaje?

— Bueno, soy temible…no lo sabes?

— Ya vámonos, cuanto antes terminemos con esto mejor —  dije en voz alta para ver si yo misma me lo creía.

Tomé el casco y me subí en la moto, me agarré a su cintura y note que su olor esa mañana era diferente, podría decirse envolvente y agradable, así que solo me deje llevar y disfruté del trayecto y para cuando pensé que salíamos ya estábamos en la escuela.

Quería que la tierra me tragara cuando llegamos al estacionamiento, todos se nos quedaron mirando, para saber quién era la nueva conquista de Tyler.

Me sentí un Power Rangerd, si me quitaba el casco descubrirían mi identidad.

Sentía que todos nos miraban, me baje de la moto y me quedé parada como tres minutos hasta que la voz de Tyler me devolvió a la realidad.

— Marta no es Halloween, así que quítate ese casco.

Volví a mis sentidos y me lo quité, acto seguido el murmullo comenzó.

Me tomó de la mano y salimos caminando, yo sólo bajaba la cabeza y casi que quería correr y salir de ahí, entramos en la escuela y por suerte su salón quedaba primero que el mío, pero antes de entrar me dio un suave beso en los labios algo tierno y rápido, no sabía que alguien como él podía besar así, y se despidió diciendo en voz alta para que todos escucharan.

— Nos vemos en el almuerzo nena — frase que acompañó de una sonora nalgada.

Por la cual quise literalmente darle una sonora bofetada, pero como había gente mirando no pude.

Cambio de planes!!!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora