Fantasía Dorada!!!!

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Thyler

Esa semana pasó tranquila, no pude ver a Marta, parecía como desaparecida del mapa, pero lo más inquietante es que mi padre no había mencionado nada de la cancelación del compromiso y aunque le repetí hasta el cansancio que amaba a otra persona esto no le importó, el muy sínico me dijo que la tomara de amante, pero que no había vuelta atrás con el matrimonio.

Mi última esperanza era Lorena, si ella rompía el compromiso yo tendría una salida limpia.

Para colmo ya había tenido que echar a tres putas de mi cama, mi padre no paraba de enviarme servicio de compañía con la excusa de que necesitaba sexo, que era eso lo que me tenía enganchado de Marta.

Por Dios... que equivocado estaba .

Esa noche era la víspera de mi cumpleaños y cuando entré a mi habitación nuevamente había alguien en mi cama...

— Buena noche señorita, no se ofenda, no tengo nada en contra de su profesión, pero estoy idiotamente enamorado de mi novia y no pienso serle infiel así que como les dije a sus demás compañeras tome su pago, vístase y no diga nada — dije a la mujer encima de mi cama que no alcancé a ver por la oscuridad.

Abrí mi cartera y saque 500 euros no se que servicio contrataría mi padre, pero yo sólo quería que se largara y 500 euros por nada me parecía razonable.

Los puse en la mesita de noche, pero nada describiría mi sorpresa cuando escuché la voz de la mujer semi desnuda en mi cama.

— Mmm...  y yo que pensaba darle una sorpresa a mi novio por su cumpleaños... y pensar que tuve que echar a una, sino dos mujeres de esta cama para poder hacerlo, bueno supongo que me voy.

— Marta... — dije con tono de sorpresa pero fue lo último que pude pronunciar correctamente porque cuando encendió la lámpara de noche y salió de debajo de las sábanas lo que vi me dejo mudo.

Llevaba el vikini dorado de la princesa Leia, yo le había comentado en la cabaña después de hacerle el amor frente a la chimenea que esa era mi película favorita y que la escena de Leia fue de mis primeras fantasías.

Marta

La semana pasó demasiado rápido, aún no sabía que regalarle a Thyler hasta que pasé por el frente a una tienda de disfrases y vi algo que me encantó, así que recordé una conversación que tuvimos y sin pensarlo lo compré.

Ya casi era su cumpleaños asi que decidí darle una sorpresa, pero para mi pesar no estaba en casa de Mica, sino en su casa.

Así que me encontraba afuera llamando, pero su número daba ocupado.

Pensé en desistir ya que sólo llevaba el disfraz y encima una gabardina, y hacía frío, la verdad.

Y en eso vi a una persona entrar, y me percaté que lo conocía y no pude evitar sonrojarme al recordar como.

— Max... hola — dije corriendo hacia donde estaba — Necesito entrar en la casa, pero no logro contactar con Thyler, puede que no me recuerdes, pero soy Marta, su novia.

Max me miró por un momento y luego ató cabos

— Marta... Marta... he escuchado mucho de ti, pero no pienses mal, siempre me presento antes de enseñar  mi esplendor a las mujeres guapas, pero  en tu caso fue al contrario, un error que espero corregir.

Sonreí sin poder evitarlo porque sin duda Max tenía mucho peligro.

— Veamos... podemos entrar sin que nos vean, pero tengo que advertirte algo puede que Thyler no te contara por no molestarte, pero mi querido tío ha estado mandando chicas a su cuarto  ¿Entiendes? Y aunque el las he echado no puedo asegurarte que no habrá nadie dentro.

Eso me descolocó un poco, pero decidí entrar y comprobarlo por mi cuenta ¿Cuál fue mi sorpresa?

En vez de una, encontré dos mujeres en su cama.

Por supuesto que no las dejaría ahí así que haciéndome pasar por personal de la casa entré en el cuarto.

— Buenas noches, chicas, verán... yo soy la abogada de la familia —  mentí descaradamente pero a menos que encendecieran la luz y vieran mi aspecto todo estaría bien.

— El señor Ferrer me mando aquí para que firmen un acuerdo de confidencialidad y para hacerle saber los distintos seguros y planes médicos que contaran en caso de que las cosas salgan... ya saben... mal.

— ¿De q esta hablando? — contestó una de ellas.

— Bueno, al señorito Thyler le gusta el sexo duro, entonces deberán estar dispuestas a ser y cito parte del contrato... golpeadas, azotadas,quemadas, amarradas y tiene una fantasía loca de encerrarlas en un ataúd en el sótano, pero salvo una que le dio hipoxia y estuvo en coma las demás no tuvieron problemas.

— Larguémonos de aquí — escuché decir a ambas, y tras deshacerme de las molestias sonreí para mis adentros.

Cerré la puerta y me acosté en la cama a esperarlo sólo con mi disfraz, Max me dijo que estaba en una cena de negocios y por eso apagó el móvil, pero  debería llegar pronto a casa.

Mi corazón latió más fuerte cuando confirmé lo que me dijo Max,  no pude evitar enamorarme más de él por quererme tanto.

Cuando me descubrí y salí con mi disfraz de Leia no puede evitar ver su rostro al encender la lámpara de noche, entonces pude admirar por un segundo su cuarto, mejor dicho su preciosa cama cubierta de sabanas negras de seda.

— ¿Marta eres tú?

— Si cariño — y eso fue todo lo que puede decir porque Thyler me tomó entre sus brazos y comenzó a besarme, primero mis labios y luego descendió hasta mi cuello donde empezó a intercalar entre pequeños besos y mordidas que me hacían estremecer.

— Felíz cumpleaños — logré decir en medio de mi excitación.

— Es perfeto nena, eres mi fantasía personificada y esta noche eres solo mía…

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