¿Eres Gay ?

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Marta

— ¿Lo tienes? —  pregunté con un tono evidente de ansiedad en mi voz.

Yes torció los ojos y me entregó el papel.

— Que sí pesada, toma, esta es la dirección de termineitor lo que no entiendo es para que la quieres —  ella negó —  Deberías estar feliz de que no esté viniendo al insti, Alex está comentando que se quiere vengar de él por lo del otro día y le está diciendo a la gente que le pusiste los cuernos a Thyler con él —  dijo Yes dejándome de piedra.

—  No, Alex no será tan bajo ¿o sí? —  pregunté mirando a Yes que me contesto co un claro y contundente.

—  Apuesto a que sí —  ella me miró más seria esta vez

— ¿Segura de que vas a ir? Nadie sabe exactamente a qué se dedica su familia y nunca han estado en esa casa, conseguí la dirección por su amiga Mica —  dijo Yes con cara de enfado.

—  Espera…. no me digas que esa Mica es la misma con la perdiste la virginidad —  dije encajando las piezas del rompecabezas.

Yes me fulminó con la mirada.

—  Marta no quiero hablar de eso, y más te vale que valga la pena porque no pensé que le volvería a hablar a esa tía.

Le sonreí de medio lado.

— Lo siento, lo compensaré, ahora tengo que irme, chao.

— Cuídate ¿vale? — gruñó achicando los ojos — Y si te secuestran o te asesinan no lloraré por ti ¿bueno?

Sonreí y me despedí de ella con un abrazo..

— Ok, yo también te quiero — le dije.

Luego salí del colegio saltándome las clases cosa que nunca hacía. Pero había pasado bastante tiempo sin saber de él y me preocupaba un poco la verdad.

Además, el muy gilipollas había apagado el móvil.

Tomé un taxi y le di la dirección, el taxista me miró de arriba abajo y me preguntó si estaba segura con la dirección, eso me había puesto más nerviosa de lo necesario, lo miré tragando en seco y respondí que sí.

¡¡¡¡Dios mío!!!! Pensé para mis adentros. ¿A qué clase de barrio iría yo a parar?

Para mi sorpresa, luego de media hora el taxi me dejó frente a una de las casas más grandes y elegantes que había visto en mi vida y antes de que me diera tiempo a rectificar la dirección se largó.

La casa era enorme y tenía una cámara de seguridad en la puerta. Llamé al telefonillo y esperé.

Hola, buenos días bienvenida, ¿Qué desea señorita?

— Este yo yo... ¿Thyler se encuentra?

— ¿Es usted su amiga?

No sabía cómo responder a eso así que simplemente dije:

— Soy una compañera del instituto, estoy aquí por un trabajo de clase, Thyler lleva días sin ir al cole.

Tras esto se abrió la puerta y me dejaron pasar, luego, unos hombres en la puerta me cachearon y me pasaron un detector de armas.

Me empecé a asustar, esa casa parecía un búnker.

Una mujer muy amable que supuse yo era la ama de llaves me indicó que Thyler estaba en el gimnasio y señaló el camino.

Cuando llegué me quedé de piedra, Thyler estaba arrodillado frente a un tío con los pantalones y los bóxeres en el piso en lo que parecían tener sexo oral, el tío de pie se reía y le decía cosas como:

Cambio de planes!!!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora