Cambio de planes!!!!

El campamento de verano...

Todavía recuerdo cuando Alex me besó, fue en el campamento de verano durante el segundo año, creo que ese día me enamoré por completo de él.

Ese año mi mamá me obligó a asistir para hacer amigos, pero no resultó. Me pasé todo el campamento junto al lago leyendo novelas de terror.

Cuando Carla se me acercó y me dio una nota, al principio pensé que era una broma pesada, pero luego reconocí la letra de Alex y fui al lugar del encuentro.

La nota sólo decía a las 12 junto al lago, necesito hablarte de algo.

En ese momento sentí mi cuerpo vibrar de alegría, sería que al fin tendría mi primer beso.

Llegué diez minutos antes y él como veinte tarde, pero a pesar del frío lo esperé, cuando llegó se veía un poco tomado, pero no le di importancia.

— Necesito un súper favor bella — me sonrojé sin evitarlo.

— Claro, sólo dime — respondí bajando la cabeza para ocultar mi sonrojada cara.

— Verás… los chicos y yo nos escapamos al pueblo de al lado a beber y jugar cartas y le dije al entrenador que  estuve contigo ayudando con las actividades todo el tiempo ¿crees que puedas confirmarlo si pregunta?

— Claro, no hay problema — dije sin levantar la mirada.

— Si quieres para compensarte, mañana que es el último día de campamento te veo aquí a la misma hora y pasamos tiempo juntos ¿qué dices?

— Me... me encantaría...

— Pero no le puedes decir a nadie ¿vale? Se supone que no podemos salir después de las 10.

Thyler

Me sentía el gilipollas más grande del mundo, me había pasado de la raya ¿cómo se me ocurrió besarla exactamente igual que la primera vez? Ella no podía saber que era yo ese día porque si lo hacía todo se vendría abajo.

En ese campamento me enamoré de ella, se veía tan linda junto al lago mientras leía y el sol se reflejaba en su piel mientras sus rizos le caían por los hombros.

Esa noche en las duchas escuché a Alex fardar sobre como ella lo estaría esperando para hacer algo más que hablar según él y me enfadé mucho, no pensaba permitir que el idiota la lastimara.

Así que hablé con una de las tías del campamento que me debía un favor y le propuse meterse con Alex, quien después de dos arrumacos de la exuberante peli roja se olvidó de Marta.

Sólo había un problema, ella  iría a ver a Alex, no a mí.

Marta

Ese día me la pasé arreglándome, me puse lo mejor que había traído, un hermoso vestido largo con dos tiras en los hombros con un bonito estampado de girasoles, con unas botas negras estilo militar y una chaqueta para el frío, ya pasaban de la una cuando me desanimé y pensé que el no vendría pero de momento sentí que me cubrían los ojos con un pañuelo .

— ¿Alex? — pregunté con tono entre sorpresa y duda, pero él no me respondió, sólo se limitó a poner su dedo índice sobre mis labios para que hiciera  silencio, y yo temblorosa de miedo lo hice porque al final sólo él sabía que iba a estar allí esa noche.

Thyler

Esa noche me sentí miserable, no pude verla ahí pasando frío y esperando como una tonta cuando era mi culpa que el imbécil no hubiera aparecido, así que me quité mi pañuelo de la muñeca donde siempre lo solía tener y me acerqué a ella por la espalda .

Le vendé los ojos y cuando me preguntó si era Alex me sentí miserable, pero como esa noche pensaba ser egoísta me tragué mi orgullo y le pedí guardar silencio. 

Luego lamí suavemente su cuello porque quería probar su sabor, le escuché emitir un gemido tan tierno que me puse duro al instante.

Luego lamí el lóbulo inferior de su oreja y respiré suavemente sobre el para hacerla erizar, efecto que conseguí, me acerqué a sus labios y la besé, primero suavemente, pero ante su respuesta tan apasionada y sus gemidos no pude evitar  besarla como el hombre que la deseaba como mujer.

Todo fue perfecto hasta  que  gimió el nombre del imbécil y me di cuenta de cuan miserable era y lo mal que me estaba portando con ella, así que me separé y salí corriendo sin decir nada, dejándole el único recuerdo que tenía de mi madre.

Ese pañuelo, que desde ese día lo  usaba siempre atado en su mochila o bolso y cada que lo veo no puedo  evitar sonreír y enojarme al verlo.

Porque aunque ese momento fue nuestro, para ella el beso se lo dio Alex.

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