Cambio de planes!!!!

....esto fue un error...

Thyler

Me levanté de la forma más extraña posible, con una resaca de los mil demonios, una cara maguñada por los golpes y una mujer abrazándome.

Así que mejor recapitulemos.

Después de dejar a Marta en el hotel me fui al bar a beber como un loco, llamé a Max para que me recogiera como a las 2 de la mañana, luego llamé a… Marta.

Sí, llamé a Marta para reclamarle todo, pero Max me quitó el teléfono y  habló un rato con ella algo que no pude escuchar.

Luego el imbécil me contó la verdad, el porque Marta se había largado y me sentí el peor del mundo, ella había escuchado, había escuchado esa conversación cuando dije todas esas cosas horribles solo para que papá no se acercara a ella.

La primera regla de un Ferrer es que si quieres algo no lo demuestres o de lo contrario tu enemigo te lo quita.

Ya entendía los golpes, pues en medio de la borrachera nos peleamos porque me desquité con él la furia por no decirme nada.

Luego me trajo a casa y tras vomitar como un cerdo me dio una pastilla y me tiró en la cama.

Sólo recuerdo haberme estirado a la mesita de noche donde guardaba el disfraz de Marta y dormirme abrazado a el jurando que cuando me despertara iría tras ella y haría que me perdonara.

¿Entonces quien era esta mujer que me abrasaba y olía tan familiar?

Cuando me dispuse a despertarla para que se fuera y yo poder ir tras la mujer que estúpidamente seguía amando me encontré con que la mujer que dormía a mi lado no era otra más que Marta.

Sin poder evitarlo la acurruqué entre mis brazos y siendo un poco canalla le robe un rápido beso de los labios mientras le daba  los buenos días.

— Buenos día, princesa.

Mmm buenos días yedai ….

Marta

Respondí por inercia como algo automático hasta que tomé conciencia de en donde estaba.

Pero esa noche mientras dormía abrazada a él no pude evitar recordar esa noche.

Su beso no me disgustó, pero si me descolocó así que me separé de inmediato y me puse de pie de golpe.

— No vuelvas a besarme — dije un poco enojada.

— No puedo prometer eso — dijo poniéndose de pie.

— Tú no puedes hacerme esto Thyler, me voy a casar, soy feliz. Max me contó que fue un mal entendido y te disculpo, pero fue hace dos años las cosas han cambiado y yo creo que debemos olvidar todo.

Thyler

Aunque esas palabras dolieron mi corazón se rompió hace mucho tiempo, pero no pude evitar contestar.

Porque el que ella estuviera ahí en mi cama demostraba que no había terminado.

— ¿Entonces dices que no hay nada entre nosotros? —  dije acercándome peligrosamente a ella — Si eso es cierto ¿por qué viniste? ¿por qué estas aquí? — pregunté colocándome a su espalda mientras separaba su cabello para obtener acceso a su cuello.

Y poder susurrarle al oído las palabras contra las que por su silencio no tenía ningún argumento.

Marta

— Te amo y siempre te amé — lamió mi lóbulo, mi cuello y luego me besó, era la tercera vez en mi vida que me besaban así y al menos dos habían sido provocadas por él, a menos que...