Culpa!

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Marta 

Después de hacer el mítico paseo de la vergüenza me encontré a un sinvergüenza sin ningún pudor que me saludó efusivamente.

— Hola Marta, te ves genial, tienes cara de recién follada.

Me sonroje sin poder evitarlo.

— Tú y tus bromas Max… ¿Y tu como estas?….

— Pues fatal, salgo de viaje en tres días, pero me empiezo quedar sin opciones.

— Siempre hay sitios para las vacaciones — dije sin entenderlo.

— Ojalá lo fueran, voy a buscarla.

— ¿A quién?

— A Lorena — dijo con mucha tristeza en su mirada.

Me mordí la lengua para no decirle que  Lorena estaba en NY, me había encontrado con ella en mi trabajo de camarera, estaba trabajando de gerente en el hotel después de haber trabajando de modelo para pagar sus gastos.

Me pidió no contarle nada a Max si lo veía porque él la decepcionó.

No me dio mucho  detalles, pero le pedí lo mismo con respecto a Thyler y accedimos a no tocar  ese tema.

— ¿Max no crees que ella no quiere que la encuentres por algo?

Max pareció descolocado.

— Sí, por culpa del imbécil de su padre que sabe dios que le hizo o donde la metió.

— No creo que sea eso Max.

— ¿De que hablas? — preguntó pensativo.

— No importa, es sólo que no me imaginé que fueras en serio.

— Marta, Lorena es la mujer que amo, la única, y así su padre la esconda en el fin del mundo la encontraré.

— Suerte entonces — dije y me alejé para tomar un taxi.

Llegué al hotel, tomé un baño y caí en la cama donde me pasé todo el día dando vueltas a mi cabeza sin saber que hacer.

En la noche un mensaje me devolvió a la realidad.

En cuanto regreses iremos a comprar tu vestido, serás la novia más hermosa del mundo.

Descansa mi amor, estoy terminando una aburrida junta para ir a casa, a nuestra casa. Te quiero.

Joder, ¿qué se supone que haga?

Marck no se merece esto, es un hombre maravilloso, lo mejor será olvidar todo y centrarme en mi nueva vida.

Me arreglé y fui a ver a mi padre, que ya me había llamado como 60 veces.

Llegué a la que fue mi casa muchos años y me sentí nostálgica.

Toque la puerta y me recibió mi papá con un fuerte abrazo y un enorme beso en la frente.

— Al fin está en casa mi pequeña.
Pasa, pasa, no entiendo por qué te quedaste en el hotel en vez de venir a casa hija.

— Lo siento papá, mi suegro me lo pidió para que realizara un informe sobre el trato y los empleados y no pude negarme, yo también preferiría estar aquí contigo.

— Ya tengo todo listo peque, pizza,cerveza y tatatan termineitor…

Mi cara cambio recordando el mote del insti de Thyler.
 
— ¿Qué pasa peque?

— Nada papá, sólo un recuerdo.

— Bueno peque, ve por las cervezas a la nevera y yo voy a poner la peli en lo que llega la pizza.

Cambio de planes!!!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora