Puerto de Madrid…
— Joder tía menudo frío!!! — le gruñí a Mica quien me miraba con mucha curiosidad.
— No lo hice a propósito — dijo finalmente y yo me giré hacia ella con cara de sorpresa.
— Lo de interrumpirte — especificó — hace tiempo que superé lo nuestro, me va bien con mi chica.
— Lo sé, tranquila — dije mostrándole una de mis sexis sonrisas, luego miré alrededor
— ¿Segura que estamos en la dirección correcta? Esto está desierto.
Mica respondió con tono nervioso.
— El jefe me dijo que era el puerto de siempre así que supongo que sí, ya Dimitri debe estar por llegar con el camión.
— Entonces tenemos que esperar — dije tratando de mantenerme en calma por los dos.
La entrega llegó a las cinco de la madrugada justo después de que llegaran Dimitri y sus hombres, por suerte no existieron inconvenientes esta vez y no tuve que usar mi arma.
Trasladamos todo al depósito y le prometí a Mica que luego hablaríamos del tema de Marta.
Finalmente pude llegar a casa y dormir, pero cuando caí en la cama exhausto solo podía pensar en que mañana no vería a Marta.
Marta
Esto se me estaba yendo de las manos.
¿Cómo carajo había pasado lo que pasó anoche?
“Si quieres te puedo ayudar con eso?” ¡¡¡¡¿Estas locas o que tía? !!!!
Me pregunté a mí misma a la mañana siguiente en el espejo mientras miraba mi cara de desconcierto.
Todo había sido muy raro, pero lo peor, no me arrepentía de nada, y si no nos hubiese detenido Mica no sé qué habría pasado.
¡Joder! ¿Cómo era tan bueno con la boca y los dedos?
Luego de que nos interrumpieran, me enojé un poco, pero por lo que alcancé a escuchar parecía importante y por las cosas que se comentaban en el instituto de Thyler preferí ni preguntar.
Me fui a casa y me dormí con su camiseta la cual para remate olía como él.
Si fuera por mí me escondería en una cueva hasta los veinte, pero tendría que darle la cara a Thyler en algún momento, quien para mi sorpresa no me llamó en toda la noche, ni vino esta vez a buscarme, por lo que asumí que estuvo ocupado toda la noche.
Lo que no imaginé era que ese día no iría al instituto, ni al siguiente….
— ¿Cómo que no está aquí…?
— No, Marta, ya le pregunté a los del equipo y no vino a entrenar ayer y hoy no le han visto ¿Pero por qué la preocupación? — preguntó Yes mientras me miraba arqueando una ceja.
— No, por nada — dije, pero no pude evitar ruborizarme por lo que había pasado esa noche.
— ¿Segura? Es que te ves muy interesada de pronto — me dijo cada vez más curiosa.
Como nadie me conocía como ella y prefería no ser descubierta decidí salir corriendo y prácticamente gritarle que la vería luego ya que llegaba tarde a una clase.
Para mi desgracia me tropecé con Alex y caímos los dos al piso, y ya que las desgracias nunca vienen solas, en el momento en el que me disculpaba con Alex e intentaba levantarme, me robó un beso.
Sin embrago eso no fue lo peor, cuando por fin me liberé de su agarre y logré levantarme lo que vi me dejó de piedra.
Justo frente a mí, estaba Thyler con los puños apretados y una mirada que haría temblar al mismísimo demonio.
Thyler
Me moría por verla, con todo el jaleo del trabajo llegué muy tarde para venir a clases, mi celular había logrado descargarse por completo en algún momento y como soy lo mas despistado del mundo olvidé la clave y tuve que ir a la compañía a desbloquearlo.
Entré al instituto repitiendo de memoria el discurso que le diría cuando la viera porque me sentía fatal por no haberla llevado a casa y no saber nada de mí en todo un día.
Pero todo lo que tenía en la mente se me borró cuando vi al imbécil de Alex besándola mientras ambos estaban en el suelo.
La ira me consumió y de ahí todo paso muy rápido, le di un puñetazo a Alex que cayó en el piso otra vez y luego tomé a Marta del brazo, a lo mejor de forma brusca, pero en ese momento no podía pensar bien.
Lo siguiente que recuerdo es que ella no dijo ni una palabra mientras la sacaba de ahí y le decía en un tono no muy amable que se subiera a la moto.
Ella sólo me miro y obedeció.
Una vez lo hizo conduje y conduje a toda velocidad hasta que llegamos a un parque alejado donde podría hablar con ella sin interrupciones.
Nos sentamos en un banco, el parque estaba desierto y Marta en silencio como si estuviera dándome tiempo a calmarme, luego de unos minutos, para mi sorpresa fue ella quien rompió el silencio.
— Quiero que sepas que no lo besé, puedes creerme o no, sí tengo sentimientos por él y eso lo sabes, pero nunca rompería mi palabra, y hasta que no termine mi trato contigo no me acercaré a él.
— Disculpa…soy un imbécil, no tengo derecho a reclamarte, sé que lo prefieres a él siempre ha sido él ¿no es así?.
Ella se mordió el labio nerviosa y bajó la cabeza.
— Sólo olvidemos esto ¿está bien? Cumpliré con el trato y luego haremos como que nada pasó — dijo sin mirarme a la cara lo cual me enfureció mucho.
Y entonces exploté.
La agarré y de alguna forma la coloqué a horcajadas sobre mí, tomé su boca, no de manera dulce ni delicada, sino ruda y desesperada de la rabia porque siempre lo eligiera a él.
Al principio se resistió, pero luego me siguió el beso y cuando comenzó a gemir y moverse encima de mi erección me separé de sus labios.
— Ojalá que cuando lo beses la próxima vez pienses en mí, que cuando esté entre tus piernas devorándote como yo lo hice hace poco sea mi cara la que veas y que cuando te toque pienses en mí, pero sé que no lo harás porque tu lo amas a él.
— Me gustas — dijo con voz temblorosa.
— Lo sé, pero a él lo amas — dije y luego de eso la aparte con cuidado y la llevé a su casa, necesitaba pensar y alejarme.
Hoy me había dado cuenta que seguía amando a Marta.
Marta
No entendía nada, no tenía que darle explicaciones, pero aun así las di, lo peor es que fui una cobarde, no pude decirle que había superado a Alex, porque mi cabeza era un lío.
Pero cuando me besó comparé su beso con el de Alex y me di cuenta que estaba perdida, porque los de Alex no me hacían vibrar como los de él.
No me habló en todo el camino a casa y yo casi lo agradecí porque en el fondo no quería hablar, no sabría que decirle.
Pasaron tres días y no supe de el así que al cuarto hice lo que nunca pensé q haría.
Fui a su casa….
Lo que no me esperaba era verlo en medio de algo sexual con un chico….
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Cambio de planes!!!!
Teen FictionÉl siempre estuvo enamorado de ella, pero ella siempre prefirió a otro. Mientras que el otro sólo la usaba hasta verla en otros brazos. Ella tendrá que descubrir a quien le pertenece su corazón aunque se equivoque en el camino. Marta es una chica a...