La vida de Ivy Suzuki cambia drásticamente cuando conoce a Takemichi, un chico que a simple vista parece débil pero que le demostrará todo lo contrario.
Romances. Amigos. Familia. Rivales.
¿Sabrá Ivy estar a la altura en todos los acontecimientos...
Las luces se apagaron de pronto, sin darme tiempo a asimilar lo ocurrido.
—¿Qué mierda está pasando?
—¡Enciendan las putas luces!
—Voy a llevarte —me susurró alguien al oído.
¿Qué?
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¿Dónde estoy? Cierto, me desmayé por el dolor. Giré mi rostro y vi a Chifuyu también con vida.
Entonces, ¿A quién disparó Ivy?
—Os di un poco de primeros auxilios. Podéis tranquilizaros, no moriréis.
Levanté la cabeza y vi a...
¿Baji?
¿Estoy teniendo alucinaciones?
Se giró y era... Kazutora.
Claro... Ya cumplió su condena, así que ahora está en libertad.
—Cuánto tiempo —comenté.
—Realmente me importas una mierda. Trabajaba con Chifuyu para devolver a la ToMan de siempre y nos iba bien—dijo directo —. Yo quería salvar a Ivy.
—¿A Ivy? —habló esta vez Chifuyu.
—Nunca te lo dije, Chifuyu. Pero colaboraba con Ivy a escondidas. No podía decirlo porque ella me lo prohibió.
—¿No era Ivy una asesina? —dije.
—Las cosas aquí han cambiado mucho —suspiró —. Al comienzo de todo, se descubrió que Ivy jugaba a dos bandas.
—¿A dos bandas? ¿Qué quieres decir?
—Ivy era líder de otra pandilla aparte de ToMan —intervino Chifuyu —. Eso lo sé, pero sigo sin entender.
¿Ivy en otra pandilla? Amaba ToMan con toda su alma. ¿Qué más sorpresas esperaría de ella?
—Como era norma, tuvieron que echarla de ToMan para siempre. Está decisión, hizo que se fragmentara la pandilla —contaba Kazutora —. Por un lado, Mikey no quería echarla y decidió perdonarla. Por otro, estaba Draken, que por mucho que le doliese decía que era lo más justo.
¿Mikey y Draken peleados otra vez?
—Finalmente Mikey cedió e Ivy fue expulsada. A partir de ahí ToMan empezó a cambiar notoriamente. Pero eso no era lo único, Ivy también estaba cambiando.
Me lo imaginaba, esa Ivy que vi antes no era la misma chica que conocía.
—Según me contó, la obligaban a hacer trabajos que ella no quería en la pandilla a la que pertenecía. Asesinatos, secuestros, tráfico de drogas, etc. Al tiempo, empezó a gustarle lo que hacía y ya le salía mecánico.
