Capitulo veintitrés.

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La cajuela del auto va llena por cuatro maletas de cosas personales y otras dos llenas de armas.

En el asiento trasero van Travis y Samantha, Grant va conduciendo y yo voy en el asiento del copiloto, llevamos por lo menos una hora hora en carretera.

—¿En donde se supone que vive Michael?—pregunta Samantha, me ha quitado las palabras de mi boca 

—En Elora.—responde Grant 

Todos suspiramos debía faltar al menos media hora todavía de camino. 

Una vez que hemos llegado, detallo el pequeño pueblo, todas las casas son hechas de piedra y acogedoras, llevando los mismos tonos de color, gris oscuro, claro y algunas en beis, están rodeadas de varios árboles sin hojas debido a la época de otoño y el lago que se encuentra al rededor del pueblo, solo hace que sea mucho más hermoso. 

Hemos llegado al extremo del pueblo, y Grant se para junto a una casa de piedra de color gris oscuro, es una casa de tamaño normal.

Frunzo el ceño.

—Grant, le hubiesemos dicho a Michael que entrenáramos en Toronto, creo que no hay un gran espacio aquí.—digo mirando a la casa, era cierto, no cabríamos 

—Estoy de acuerdo con la pelinegra.—dice Travis 

—Y yo.—dice Samantha, todos miramos a Grant y el coloca los ojos en blanco 

—Michael no vive aquí, vive allá.—con su dedo índice nos señala una casa en la montaña, o mejor dicho una mansión 

Mis ojos se abren, la casa es enorme, desde abajo se nota el agua de la piscina, la cual ocupa un gran espacio y el gran jardín.

—Assante, estamos abajo.—dice Grant y noto que esta al teléfono, luego cuelga y noto el portón color gris junto a la casa que estamos parados, abriéndose 

Todos estamos con la boca abierta, mirando mientras subimos por la calle de la colina a casa de Michael, todo esta tan perfecto.

Luego de unos diez minutos hemos llegado, sigo con la boca abierta sin poder creer lo que veo. 

La parte exterior de la casa en donde hay unos seis autos aparcados sin contar las dos camionetas, de lujosas marcas, el suelo es todo de piedra al igual que la casa, hasta hay una fuente en un lado, una bastante grande.

—¡Michael es malditamente multimillonario!—exclamo sin poder creerlo 

—No has visto nada.—dice Grant colocando los ojos en blanco una vez mas, aparca el auto junto a los otros y luego salimos

Nos encontramos con la misma mujer que había visto en el supermercado, la esposa de Michael, dos chicos de al rededor unos veinte años, de color castaño ambos y ojos oscuros, llevando ropa lujosa y a Michael al lado.

—Beth.—dice Michael al verme y yo solo me acerco dandole un abrazo—Estos son mis hijos menores Mason Matthew.—me señala a los chicos 

Les sonrío y les estrecho la mano, Michael se encarga de saludar a Samantha y Travis, pero no habla con Grant aún.

—Y por supuesto la hermosa Beth.—dice la esposa de Michael, Amanda

—Hola.—digo correspondiéndole al abrazo que me ha dado

—Segal.—dice Michael por fin sacándonos del incómodo silencio que se forma 

—Cada vez más millonario, Assante.—dice Grant y Michael sonríe acercándose a él, le da un apretón de manos inesperado para Grant y luego un abrazo

—Me alegra de verte hombre.—dice, Grant solo forma una pequeña sonrisa 

—La ultima vez que los vi a ustedes tenían diez y nueve.—dice Grant mirando a los chicos los cuales sonríen, ¿es que de verdad sabían todo lo que su padre hacia? 

Se dan un apretón de manos rápido.

—Hola Amanda.—dice ahora mirando a la esposa de Michael la cual le sonríe, por primera vez veo a personas que en realidad se alegren de ver a Grant, y se siente bien saber que le importa en realidad a alguien aparte de mi, aunque estoy segura que el no sabe eso 

—Hola, Grant.—le da un abrazo y un beso en la mejilla, como una madre protectora, Grant se queda tenso pero luego de un rato le corresponde 

—Bueno, pasemos, que esta haciendo algo de frío.—dice Michael 

Entramos a la lujosa mansión y esta decorada de elegante y moderna manera, hay demasiados detalles como para poderla describir completa.

—Teníamos que mantener el estilo del pueblo, pero adentro la ajustamos a nuestro gusto.—me dice Amanda y sonrío 

—Tienen una hermosa casa.—respondo 

Nos sentamos en la enorme sala, sobre los sofás de color blanco, que están junto a la gran chimenea decorada por una lujosa piedra, y la cual está encendida.

Amanda se ha ido a algún lado de la cocina, y se que tal vez es una excusa para no escuchar la conversación que tendremos, sin embargo los hijos de Michael se han quedado.

—Sus habitaciones están listan, la ama de casa se ha encargado de ello, supongo que ustedes compartirán habitación.—dice Michael mirándome a mi y a Grant y asiento 

—Pero nosotros no.—dice Samantha y Travis le mira con picardía lo cual nos produce gracia 

—Lo sabia, también se ha encargado de preparar dos diferentes.—dice Michael—Cenaremos esta noche, y por la mañana empezaremos.

—He organizado todas las fases por las que deben pasar, y el cuarto de armas esta a su disposición a la hora que lo necesiten, mañana les entregaré la llave a cada uno.—habla uno de los hijos de Michael, no estoy segura si es Matthew o Mason, aunque son totalmente diferentes 

Frunzo el ceño.

—Veo que los entrenaste bien.—dice Segal y Michael asiente—¿En dónde está Marcus?—pregunta 

—Con su esposa y mis dos nietos.—responde Michael 

—¿Ustedes entrenarán con nosotros?—pregunto mirando a Matthew y Mason, afirman 

Comenzamos a explicarle a Michael y sus hijos con cada mínimo detalle todo lo que ha pasado.

—La comida esta lista, pasemos.—la voz de Amanda se escucha de pronto , nos levantamos y nos dirigimos a la mesa

~~~~

—Mañana, todos en la cancha de tennis a las siete, comenzaremos con ejercicio.—habla Mason, el cual he descubierto que es un año menor que Matthew 

—La comida estaba deliciosa.—digo levantándome, dos chicas comienzan a recoger los platos de la mesa y luego todos repiten mi movimiento 

—Sus cosas ya están en sus habitaciones.—dice Amanda—Que descansen.

—Gracias.—respondemos Samantha y yo al unísono, Grant ha salido afuera junto a Matthew a fumarse un cigarrillo y Travis se ha ido a la habitación 

Me dirijo a la habitación la cual también es grande pero resulta acogedora, tal vez debido a la chimenea que hay y a la gran alfombra tupida de color marrón. 

Me quito la ropa que llevo para colocarme mi pijama, la cual consiste un pantalón ancho de algodón de cuadros verde con azul y un suéter del mismo azul que el del pantalón.

Me acuesto a la cama y me dedico a ver televisión mientras mis pensamientos se van en como estará mi pequeña princesa.

Mis esperanzas son que no la toquen aunque se que eso es imposible, no quiero que le produzcan una cicatriz como la que me han hecho a mí,no quiero que la lastimen,¿quién podría lastimar a una niña de apenas tres años? 

La puerta se abre sacándome de mis pensamientos, es Grant.

—Pensé que ya estarías durmiendo.—dice quitándose su chaqueta , el olor a cigarrillo invade la habitación 

—Y yo pensé que llegarías luego.—digo encogiéndome de hombros 

—¿Como están tus heridas?—pregunta, se quita la franela dejándome ver su desnudo pecho el cual llevo años sin ver

Sigue en forma aunque esta mas delgado, y visualizo otro tatuaje bajo su pectoral, sobre la costilla izquierda, frunzo el ceño ya que es apenas visible.

—¿Te has hecho otro tatuaje?—pregunto llamando su atención, baja su mirada y asiente—¿Que dice?

Se acerca a mi sentándose en el borde de la cama, para permitirme verlo. dice «The Prisioner»

—No entiendo.—digo mirándole 

—Soy prisionero en este mundo.—se encoge de hombros—Se que suena estúpido, pero es la realidad para mi, soy prisionero del monstruo en el que me he convertido, pensé en tatuármelo para simplemente aceptar lo que soy. 

Asiento con la cabeza y me acerco a él tomando su rostro.

—No es estúpido, me gusta.—le doy un beso cerca de los labios—Y no eres un monstruo.

Esboza una leve sonrisa.

—Las personas no me ven como tú, Beth.—dice ahora quitándose el pantalón, se inclina abriendo su maleta y saca un mono deportivo de ella

—No todas, pero si hay personas que lo hacen.

El sonríe irónico y se acuesta a mi lado.

—Se que tratas de mostrarme algo que en realidad no existe.—me da un beso en la mejilla—Descansa.

Suspiro.

—La familia de Michael se alegra de verte, ellos aunque saben quien eres no les importa, de verdad se alegran.

Me mira sin expresión alguna.

—¿Por qué te es tan difícil aceptar que de verdad hay personas a las que les importas?—le abrazo arrecostándome a su pecho—Incluso creo que le importas a Lorena.

Ríe haciendo su pecho vibrar.

—Creo que ya estas exagerando, pequeña.—murmura sobre mi 

Le miro arqueando las cejas.

—Hablo en serio.

—A mi sólo me importan Amellie y tu, no tengo porque importarle a alguien más.—dice 

Mi corazón se encoge de nuevo, al recordar a mi pequeña.

—¿Estará bien?—murmuro 

—No te puedo asegurar eso, pero te puedo asegurar que si yo no he lastimado a un niño, no lo harán.—suspira—Se que lo jodí todo, pero si no te recuperaba no habría otra forma, en cambio ahora podemos recuperar a Amellie.

Asiento.

—Pero no vuelvas a tomar decisiones sin mi.—murmuro

—No podías hablar mucho que digamos pequeña.—dice burlón y le golpeo en el pecho, el gime y ahora abro los los ojos preocupada

—¿Estas bien? ¡Lo siento!—digo preocupada y estalla en una carcajada 

—Te preocupas demasiado.

—Estúpido.—digo rodando los ojos en blanco y le golpeo de nuevo—Por cierto, ¿como fue cuidar de Amellie tu sólo?

Hace una mueca y ladea su cabeza.

—Soy el mejor papá del mundo.—dice sonriendo orgulloso 

—Hablo en serio.—sonrío 

—Jodi las cosas al principio.—hace otra mueca—Pero creo que lo logré, bueno, también ayudó que Amellie habla más que un maldito loro.

Río. 

—Definitivamente lo heredó de ti.—sonríe—Ah, y debemos buscar una nueva academia de ballet.

—¡¿Qué?!

—Tal vez la he llevado, y tal vez he insultado a alguien, y tal vez todas las mamás me odien.—hace una mueca haciéndome reír 

—Vale.—digo riendo, no me molesto debido a que después de todo volveríamos a París, pero eso era algo que no le diría aún

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Primer día. 

Luego de desayunar todos, nos encontramos en la cancha de tennis, todos incluyendo los hijos de Michael, estamos en una línea y Michael esta frente a nosotros.

—Primero que nada, necesitamos saber la localización de Amellie.—habla Michael mirándonos 

—Quebec.—dice Samantha, veo como Grant se coloca tenso y le tomo la mano apretándosela con fuerza a medida que le miro

—Gracias.—habla Michael—Todos aquí excepto por Beth, ya han sido entrenados, y pasado por todas estas fases, pero eso no significa que no entrenarán de igual forma.

»La primera fase es agarrar resistencia y fuerza, comenzaremos con cardio todas las mañanas, y luego nos dirigiremos al gimnasio. 

—¿Por cuanto?—dice Samantha 

—Hasta verles fuerte Samantha, aunque no tenemos mucho tiempo.—dice serio—Ahora, no perdamos tiempo, treinta vueltas a la cancha.

Todos asienten y yo sólo con escucharlo, tengo ganas de desmayarme. 

Comenzamos a correr y ya en la segunda vuelta estoy agotada, la cancha es enorme, los demás corren como si fuese algo normal.

—¡Vamos, Beth!—grita Michael, el cual también está corriendo 

—Vamos pequeña.—Grant llega a mi lado y asiento, comenzando a correr una vez más

Al terminar las treinta vueltas me siento pálida y mareada, a diferencia de los demás que sólo están sudados.

—¿Estas bien?—pregunta Grant llegando a mi lado, muevo la cabeza en señal de afirmación mientras tomo un trago de gatorade

—Haremos un rápido circuito antes de ir a las instalaciones del gimnasio y luego terminaremos el ejercicio con boxeo.—Dice Michael 

De nuevo siento que me desmayaré, apoyo mis manos sobre mis rodillas, luego de haber tenido a Amellie no había hecho ejercicio, estoy totalmente oxidada.

—Nena, vamos.—dice Grant llegando a mi lado,¿como es que esta normal? 

El ejercicio consiste en un circuito de siete estaciones, una estación para cada uno, una de sentadillas, otra flexiones, salto de cuerda, correr rápido de una línea a otra, saltar una pequeño muro y tirar un balón pesado a una pared. 

—Definitivamente me convertiré en una mujer fitness con este entrenamiento.—suspiro y Grant ríe

—Cinco vueltas al circuito, yo indicaré cuando cambiar.—dice Michael 

Una vez que hemos comenzado me siento de nuevo mareada y paro.

—¿Estas bien?—grita Grant que esta en la estación de al lado haciendo flexiones, que por cierto se ve muy muy atractivo y corre hacia mi 

—No en realidad, necesito agua.—digo y el de inmediato me la pasa, le doy un sorbo y suelto una respiración—Estoy oxidada.

Grant ríe.

—Recuerda la razón por la que haces esto.—dice y asiento

Luego de lo que me pareció una eterna hora, hemos terminado el circuito y nos dirigimos al gimnasio, que es enorme y tiene absolutamente todo.

—Cuarenta y cinco minutos de brazos y cuarenta y cinco de piernas.—dice Michael—Beth, ven acá.

Todos se dirigen a las pesas y yo me acerco a Michael agotada, me pide que descanse.

Le agradezco y me siento sobre una banca, todos están haciendo ejercicio con mucho peso, y en realidad estoy envidiando a Samantha en este instante.

Debo ser fuerte y lograrlo, es por mi hija,pero es el primer día y estoy que me desmayo.

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Estamos en una sala que tiene al rededor de diez sacos de boxeo, todos estamos frente a uno y llevamos guantes, luego de las pesas Michael nos ha dado un descanso de media hora.

—Creo que ya saben la posición de boxeo, Grant encárgate de mostrarle a Beth.—dice Michael—Los demás comiencen con golpes rectos, y sigan con curvos, luego los combinan.

Grant se quita los guantes y se acerca a mi, tomándome de la cintura.

—¿Esto te recuerda algo?—susurra en mi oído haciéndome sonreír—Ponte de costado hacia el objetivo, de modo que quede delante el hombro opuesto al de tu mano hábil.—me explica y eso hago 

—Mantén tus pies separados al ancho de los hombros.—baja sus manos tocando mis caderas y se que lo hace apropósito—Alinea el talón de tu pie delantero con los dedos de tu otro pie y gira ambos pies hacia tu objetivo.

—Ahora flexiona las caderas y las rodillas manteniendo tu espalda enderezada.—coloca su mano en la parte baja de mi espalda acariciandola de forma disimulada, provocando que me estremezca

»Protege la parte de tu torso manteniendo tus antebrazos frente a ti, mantén tus brazos firmes pero relajados.—sus manos viajan por mi cintura acariciandola hasta llegar a mis brazos los cuales toma y coloca en posición, le miro y sonríe, sabe lo que esta haciendo 

—Inclina un poco tu cabeza y mantén las manos frente a tu rostro, forma puños, y lista.—me da un beso en la mejilla 

—Se lo que acabas de hacer, Segal.—le advierto y sonríe

—No se de que me hablas pequeña.—encoge los hombros—Comienza a golpear con el brazo izquierdo, manteniendo el peso en tu cadera del lado opuesto y luego repite con el derecho.

Asiento suspirando y hago lo que me dice.

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No lectoras fantasmas, feliz lunes!!

Shades Of Collapse {2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora