Shades Of Collapse {2}

Capitulo treinta y tres.

Beth's POV

Decimaquinta taza de café.

El sol ha salido y apenas me he dado cuenta, he estado despierta toda la noche frente a la computadora tratando de buscar una forma de sacar a Grant de la cárcel.

No he conseguido nada, miro al reloj el cual marca las ocho de la mañana, no he dormido nada tampoco.

Suspiro y me levanto para servirme otra taza de café, mis manos tiemblan debido a tanta cafeína que llevo en mi organismo.

Me dirijo a mi habitación y me encuentro con Amellie aún dormida.

Escucho como mi teléfono suena en la sala y corro hacia él, pero torpemente el café cae sobre mi, al menos no esta caliente.

—Mierda.—murmuro y corro de nuevo a la sala ignorando que estoy mojada, tomo el teléfono, es Michael 

—Hola.—contesto 

—¿Cómo estás?—pregunta con cierto tono de preocupación 

—He estado tratando toda la noche de buscar algo, estaba a punto de llamarte.—tal vez estoy hablando demasiado rápido, dejo la tasa de café a un lado

—Le he visto ayer.

Frunzo el ceño.

—¿Qué? ¿Cómo? ¿Puedo verle?

—Tal vez le cueste algo la visita que le hice, pero fue necesaria, y respecto a eso, no puedo lograr que tú le veas, aunque logré que lo sacaran de aislamiento.

—Michael, necesitamos sacarlo.—digo mordiéndome el labio inferior 

—Sólo esperemos a que no consiguen ninguna pequeña muestra de ADN sobre sus asesinatos.

—¿Y si lo hacen?—estoy ahogando un sollozo

Se queda en silencio y suspira.

—No habrá algo que podamos hacer si eso ocurre.

—Hablaré con Sarkozy.

—No hay manera de que acepte dejarle en libertad porque si.

—Michael, estoy dispuesta a cualquier cosa con tal de liberarlo, debe haber algo que quiere.

Otro silencio, se que no esta del todo acuerdo.

—Quiero que me informes acerca de que han hablado, aunque quisiera que te mantuvieras alejada, te podrían llegar a hacer preguntas.

—No responderé ninguna.

—Eres su novia, Beth, me sorprende que no estés arrestada igual.

Asiento aunque no puede verme, tiene razón.

—Sabe acerca de Jason.—digo de pronto 

—¿Qué?

—No se cómo sabe tanto.

—Ese maldito cabrón no tiene otra cosa que hacer.

—Vale, te dejo, trataré de lograr una cita con Sarkozy.

Cuelgo y me voy a dirigir de nuevo a la habitación para despertar a Amellie pero mi teléfono suena una vez más, de nuevo es Michael.

—Enciende el televisor y pon ahora mismo las noticias.—dice antes de que pueda hablar, tomo el control rápidamente y hago lo que me indica 

Me encuentro con Sarkozy hablando, le subo el volumen.

—Debido a las pequeñas pruebas que tenemos acerca del asesino, el juicio se alargara una semana más, estamos seguros de que es culpable, sólo nos hace falta una prueba sólida.—habla frente a miles de cámaras