Capitulo cuarenta y cuatro.

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—Grant.—escucho una voz lejana, pero estoy muy concentrado en ella—Grant.—de pronto me encuentro con otros ojos grises, frunzo el ceño

—¿Que te pasa?—murmura Beth, ha tomado mi rostro con su manos, me quedo en silencio y las aparta—Hey, te estoy hablando.—hace una mueca 

Me levanto y me toma del brazo deteniéndome, le miro, estoy demasiado abstraído.

—¿Estas bien?—asiento y me acerco a ella dandole un beso en la frente 

—Ve a casa, volveré luego.

—Pero si yo he...—la tomo de la cintura y le doy un beso en los labios callándola

—A casa, pequeña.—me suelto dándome la vuelta, ignorando sus maldiciones o lo que sea que esta diciendo, comienzo a caminar hacia Mikhailov para unirme al juego de su mesa, pero me detengo, hay demasiadas cámaras de seguridad 

Le miro asegurándome que siga en el juego, y miro al lado viendo como ella se divierte, necesito matar a alguien, y esa persona será Mikhailov, pero no con tantas cámaras, marco al numero de Enzo.

—Previtti.—contesta 

—¿Como mierda se supone que quieres que le mate con tanta seguridad?—digo suave asegurándome que nadie me escuche 

—No te preocupes, mira hacia arriba haz un asentimiento de cabeza, el encargado es uno de los nuestros, simplemente le dirá a los demás que se tomen un descanso y borrara la evidencia cuando termines.

—Vale.—cuelgo y hago lo que me ha indicado, miro hacia arriba y hago un asentimiento de cabeza 

Me acerco a Mikhailov pero no me uniré al juego, ahora que tengo el control de las cámaras, puedo hacer esto mucho mejor.

—Señor Mikhailov.—digo llamando su atención, voltea y me mira con el ceño fruncido—Thomas.—extiendo mi mano y la estrecha con confusión 

—Estoy en medio de un juego ahora.—su tono ruso es demasiado notable 

—El dueño quiere verle en su oficina.—sonrío falsamente 

—¿Por qué motivo?

—Ha observado en las cámaras el gran jugador que es.—hago una mueca—Creo que a mi jefe no le gusta mucho que las personas ganen, así que quiere conversar con usted.

El asiente.

Disculpa, el señor Mikhailov se retira.—le digo al crupier

No, no será necesario.—dice él, se acerca a un hombre y le murmura algo en ruso, ahora tendré que matarle también—Podemos ir.

Comenzamos a caminar hacia los elevadores sin decir algo, me mira de soslayo confundido, una vez que hemos llegado, dejo que pase adelante, saco una cuerda que llevo en el interior del saco y la paso al rededor de su cuello, asfixiándolo, prácticamente.

Grita.

—Jugaremos a mi manera, ahora cállate si no quieres morir asfixiado.—digo arrastrándolo hacia la oficina de Enzo que Jannette me ha mostrado

Trata de soltarse pero le es imposible, lo tiro dentro de la oficina, cierro la puerta con candado y le apunto con la pistola.

—¿Quién mierda eres?—escupe molesto y río 

—Llama al que estaba contigo y dile que suba,¿hay alguien mas junto a ti?

Se levanta y me va a atacar pero en un rápido movimiento coloco la cuerda a través de su cuello apretándola.

Shades Of Collapse {2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora