Shades Of Collapse {2}

Capitulo dos.

—Bueno, los espero a las siete para cenar.—dice Lorena dejándonos debajo de mi edificio

—Vale, en la casa de tu novio,¿cierto?—pregunto para confirmar y ella asiente

—Adiós tía Lorena y tío Sergio.—dice dulcemente Amellie moviendo su mano,despidiéndose, ambos sueltan un grito de amor y se despiden

—Adiós, bonita.—dicen al unísono a lo que Fabrizzio y yo reímos

Me doy la vuelta mirando al edificio y suspiro.

—Señorita Previtti.—escucho la voz de Roy y al voltearme me encuentro con el viejo hombre

—Roy, un placer verte.—me acerco dandole un cálido abrazo

—A mi igual señorita Previtti,¿necesita ayuda con su equipaje?—pregunta y hago una mueca, no quiero ponerlo a cargarlas

—Estamos bien, gracias.—sonrío, el asiente no muy convencido

—Si necesitábamos esa ayuda.—murmura Fabrizzio a lo que coloco los ojos en blanco

Empezamos a meter todas las maletas en el ascensor y Fabrizzio sube con ellas primero, luego Amellie y yo subimos.

—Mami, ¿en dónde estamos?—pregunta ella

—En la vieja casa de mami.—le sonrío y ella asiente

Veo a Fabrizzio frustrado sobre una de las maletas y me acerco a él, con la llave del departamento en la mano.

Amellie se queda junto a él y yo me dirijo para abrir la puerta, tantos jodidos recuerdos.

—¡Por fin!—dice Fabrizzio levantándose

Me adentro al departamento y me quedo paralizada al recordar todos esos momentos, maldita sea.

—¿Estas bien?—pregunta Fabrizzio mirándome con atención mientras termina de meter las maletas y la verdad no lo se así que solo me quedo en silencio mirando todo

Escucho como la puerta se cierra y suspiro, ya ha acabado.

—Pero que lindo.—exclama Amellie emocionada y corre por el pasillo a la habitación y Fabrizzio corre junto a ella.

Me siento sobre el sofá mirando hacia algún punto fijo, no pensé que esto seria así, aún puedo ver los puntos negros quemados por los cigarrillos que apagaba en la mesa.

—Beth, quiero que me expliques que es esto.—escucho la carcajada de Fabrizzio y la de Amellie también

—Mami, es muy feo.—dice ella con cierta burla

Frunzo el ceño y me volteo para encontrarme con Trosky entre los brazos de Fabrizzio.

Mi mandíbula se tensa y le miro con mala cara.

—Déjalo en donde estaba.—murmuro y el me mira confundido

—¿Es de él?—asiento y sin decir algo mas lo quito de sus brazos y lo llevo a la habitación, huele a él todavía, a su maldito perfume mezclado con guardado.

Cierro la puerta detrás de mí con candado y escucho a Amellie decir algo pero Fabrizzio le dice que me dejen sola.

Y entonces me tiro al suelo, dejando caer unas lagrimas mientras mi nariz es invadida por el olor del «señor Trosky» y lo abrazo con mucha fuerza.

No lo he superado, sólo no lo recordaba, pero regresar aquí, es recordarlo, por completo.

Me limpio las lagrimas y me levanto para abrir mi armario, debajo de mis zapatos tengo escondida el arma que me había regalado.