Kim Seokjin es conocido como uno de los mejores cirujanos de la ciudad. Sin embargo, detrás de su apariencia inocente esconde los pecados y secretos más oscuros de su familia y de si mismo.
Sus problemas aumentan cuando se convierte en la obsesión...
"Extraño tus caricias en las noches que me siento vacío. Sé que cruzas un puente que no puedo seguir. Ya que el amor que me diste es todo lo que tengo... Quiero que sepas que si no puedo estar cerca de tí, me conformare con tu fantasma. Te extraño más que a la vida Y si no puedes estar a mi lado, tu recuerdo será mi éxtasis".
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—Hubo un tiempo cuando era niño en el que pensaba que todo sería más fácil. —Murmuro Seokjin, encontrándose sentado en el muro de un puente pequeño que permitía cruzar un lago repleto de peces. Sus piernas colgaban y se apoyaba en sus manos mientras la luna alumbraba en el cielo. Tenía un enorme saco oversize color rojo y unas converse del mismo color. Su cabello tenía un corte juvenil que caía sobre sus ojos y las puntas estaban pintadas de blanco.
—Es porque nuestra perspectiva es demasiado corta en esos momentos. No sabemos lo que incluye, simplemente parece significar libertad y eso es lo único que nos importa. —La voz grave de Namjoon lo acompaño a sus espaldas, su mandíbula apoyada en su hombro y su brazo izquierdo rodeandolo por la cintura mientras permanecía de pie detrás suyo, brindándole calor con aquella chaqueta negra universitaria. Jin bajó la mirada y noto en el brazo que lo rodeaba, los parches de símbolos y frases que le daban color a la chaqueta oscura.
—Siempre pareces un sabelotodo. —Jin sonrió y entrelazo sus dedos con los que reposaban en su abdomen. —Me gusta cuando venimos aquí.
—Ha pasado un tiempo. —Sonrió Namjoon. —Los exámenes no te han dejado respirar.
—Oh, son una pesadilla. —Seokjin negó con una sonrisa y se apoyó en su novio con cansancio. —Pero un día nos graduaremos ¿No lo crees?—Cuando sus palabras se repitieron en su mente, parpadeo unos instantes cuando nuevos recuerdos llegaron, dejándolo confundido.
—Serás un médico maravilloso.
Seokjin permaneció en silencio unos segundos, un sentimiento extraño haciendo presión en su estómago, como un vacío, los nervios y el miedo juntos. —Namjoon...
—¿Mmmhm?.
Apretó entre sus dedos las manos de su novio, sintiendo que poco a poco todo parecía una mentira. —Yo ya soy médico.
—¿Qué? ¿De que hablas cariño?
—Soy doctor. —Repitió, observando su alrededor como si fuera un espejismo. —Tengo un trabajo, pacientes que atender y...—Los recuerdos dolieron igual que la primera vez que se grabaron en su mente como hechos imposibles de cambiar. —Tu no estás ahí...
Las manos en su abdomen comenzaron a desaparecer y tuvo todo el deseo y la intención de girarse, de mirar a Namjoon, de sostener su rostro entre sus manos cuando recordó que él no estaba, no existía, se había ido dejándolo solo. Pero no pudo hacerlo, por más que le gritó a su cuerpo que se moviera mientras su alrededor perdía color como una pesadilla, este no le obedeció y pronto las manos que reposaban contra su abdomen desaparecieron.
