Kim Seokjin es conocido como uno de los mejores cirujanos de la ciudad. Sin embargo, detrás de su apariencia inocente esconde los pecados y secretos más oscuros de su familia y de si mismo.
Sus problemas aumentan cuando se convierte en la obsesión...
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—¡¿Esta arrepentido de sus crímenes Kim Seokjin?!
—¿Porque lo hizo? ¿Su propósito es la herencia de la familia?
—¿Tambien es el responsable de la muerte de su madre, Doctor Kim?
—¿Actuo solo o tiene cómplices?
—Se le acusa de homicidio y tortura ¿Acepta usted los cargos?
—¿Que opina el presidente Kim de todo esto?
Brillantes destellos cegadores deslumbraban a Seokjin sin descanso y él encontró divertida la situación. Era como si hubiera superado su capacidad de aguantar toda la mierda durante años y ahora, simplemente sentía que debía dejarlo estar. Sí, lo mató. ¿Y que? Estaba ensangrentado y con la frente en alto, sus ojos perdidos en la multitud con una mirada tan lenta y adormecida, que cuando repentinamente sonrió fue estremecedora y provocó miedo en los reporteros, quienes terminan retrocediendo con un jadeo colectivo.
Todo aquello le había seguido al grito vibrante y desgarrador provocado por la enfermera que, al regresar de su tiempo de descanso encontró a Jin de pie, frente al cuerpo ensangrentado de Eunwoo, las ruedas de la silla aún produciendo un eco chirriante mientras esta estaba de lado sobre el suelo, junto al cuerpo inerte.
—¡Doctor Kim! ¿Porque lo ha hecho?
Jin había sonreído con una curva loca y burlona. —Me ha dicho que seguía las órdenes de Seung-heon para tenerme vigilado. —Una risa brotó de sus labios. —Ahora entiendo sus miradas extrañas pero ha pagado con sus piernas y su lengua su pecado. —Levanta la navaja y en ella permanece la lengua sangrante y rajada.
Ahora se encontraba ahí, esposado y siendo empujado por los policías que parecen recelosos de acercarsele. Bueno a el le importaba una mierda, estaba cansado de fingir, frustrado y todo lo que quería era regresar con su hermano y matar a todos los que se interpusieran.
Se sentía monstruosamente libre y feliz
—No hay nada más hermoso que la libertad. —Es todo lo que respondió Seokjin y todos los reporteros lo observaron confundidos, pues el doctor esta a punto de ser juzgado y encarcelado. ¿De que libertad hablaba?
—¿Esta delirando? —Se atreve a preguntar una reportera.
Jin inmediatamente siente aversión por ella, sus dedos pican ahora que han tocado la guadaña de la muerte.
—¡Es un asesino! Supongo que ahora dictarán que carece de razón y será llevado al manicomio. ¿Es ese su plan, Doctor Kim? ¿O esto es raíz del accidente provocado hace tantos años por su ex pareja? ¿Es esta la causa de sus conflictos?.
Un jadeo colectivo resuena cuando Jin repentinamente se inclina, toda su musculatura cernida sobre la mujer que en su sorpresa no es capaz de moverse.
No soporta ningun comentario ahora, es capaz de sellar todas las bocas que se atrevan a molestarlo. El que haya mencionado a su Namjoon es la llave que desprende el candado de sus sentimientos y emociones más oscuras.
