LOVE KILLA | NAMJIN

¿Aún piensas que es una broma?

No pudo dormir, la constante idea de que en cualquier momento la sombra intermitente de un hombre aparecería en su ventana, mirándolo y sonriendo, le causo insomnio. Al llegar al trabajo, parecía un muerto en vida. Sus pasos eran largos, perezosos, sus ojos fijos sin detenerse en nadie y en su mano, un enorme vaso de café. Su cabello era un desastre, sus mechones parecían formar diferentes cuernos en su cabeza y  dos oscuras bolsas se mantenían bajo sus ojos.

— ¡Hola Seok…—Eun-woo se detuvo, notando su aspecto y apretó los labios. —Amm ¿Seokjin?

— ¿Qué?—Espetó, observando rápidamente su alrededor sin percatarse de los movimientos apurados que hacía y los giros que daba mientras miraba fijamente a todas las personas que estaban en los pasillos. ¿Y si aquel imbécil estaba observandolo en ese momento?

—Pareces…alterado.

—No parezco, Eun-woo—Lo observó finalmente, su ceja arqueada y un tic nervioso en su ojo izquierdo. —Estoy alterado. —Con el ceño fruncido entró en su oficina y suspiro, sacando sus cosas y ubicándolas en el escritorio. Su computador se encendió sin que se percatara mientras le daba la espalda y Eun-woo al llegar después, creyó que lo había encendido Jin.

— ¿Qué sucede? ¿Esto tiene que ver con tu deseo de visitar la estación de policía? Te acompañare tal como prometí ayer.

—No lo prometiste. —Seokjin jaló su corbata intentando quitársela para no sentirse asfixiado, estresado notó que se hizo un nudo más pequeño y gruño fastidiado.

—Vamos, déjame ayudarte. —Eun-woo se acercó y sus ojos se mantuvieron en los de Seokjin, quizás demasiado fijos en él. —Debes calmarte, ¿Puedes?— Sus dedos ascienden por su mandíbula y acarician su mejilla.

¿Qué diablos estaba haciendo? Seokjin sonríe de lado con nerviosismo, consciente de las intenciones del doctor Eun-woo pero ciertamente, esto era demasiado. — ¿Por qué debería?

—Bueno, hazlo por mí. ¿Qué te parece? —Eunwoo deshace el nudo y sonríe.

—Gracias por tu ayuda, yo…

—Uh ah, todavía no he terminado. —Arregla la corbata y desliza sus dedos por la arruga formada por el nudo. Sin embargo, antes de formar el nudo de nuevo aleja la corbata y empieza a pasar sus dedos por la porción de piel en su clavícula que se exhibe gracias a los botones abiertos de Seokjin. —Parece que también te apuntaste mal la camisa.

Seokjin tiembla cuando las yemas de los dedos de su compañero de trabajo acarician no tan sutilmente su piel. —E-Eun-woo, yo creo que…—Seokjin suspira y sus ojos se cierran por el sueño, pareciera que va quedarse dormido ahí de pie. —Tengo sueño…

Eun-woo comienza a pasar los botones por los ojales correctos y se inclina, rosando su nariz con la de Seokjin mientras arregla la corbata en la nuca del doctor.

Ambos se quedan en silencio y Eun-woo se detiene, apretando sus manos en los extremos de la corbata hasta que poco a poco, empieza a jalarla acercando con la acción el cuerpo de Seokjin.

Jin está medio dormido, apenas registrando confundido la respiración cálida que acaricia su rostro, sin embargo su falta de sueño lo tiene un poco atontado y apenas parpadea, mientras Eun-woo se acerca cada vez más.

—Seokjin, yo…

¡¡¡RING!!!

Seokjin finalmente se aleja, el sonido del teléfono fijo al que su secretaria le transfería las llamadas, ayudándolo a volver en sí. Parpadea con rapidez, notando el rostro del doctor a pocos centímetros de su rostro, frunce el ceño y se frota los dedos en los parpados, alejando el sueño que le provoca letargo. — ¿Qué mierda, Eun-woo? ¿Qué hacías?