11. Café con licor

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|James Thomson|
5:58 pm

Sostenía un cigarro en mi mano izquierda y una taza de café con ron en la otra mano, estaba en el sofá de mi oficina pensando en todo lo sucedido. Mis lágrimas caían cada vez que recordaba que sus labios no solo tocaban los míos, cuando recordaba que sus "Te amo" no eran solamente para mí. Mis ojos me ardian por haber llorado mucho y además, me sentía ebrio.

Dejé la sobra del cigarro en el cenicero que estaba alado mío, y me paré del sofá con la taza de café.

-- me senté en el asiento de mi escritorio -- ¿Son las 6? -- mire confundido mi laptop --

Debía envíar el correo a la elegida para el empleo. Empecé a escribir el correo, pero me estaba distraendo mucho, asi que llamé a Camila para que me ayude con eso.

-- Hola, James, ¿Pudíste hablar con Samantha? -- dijo ella a través del teléfono --

-- Hola Camila, necesito tu ayuda para escribir un correo. -- traté de esquivar su pregunta --

-- Oh claro. -- sonó algo nerviosa --

-- Gracias. No sé como empezar el correo, dame ideas.

-- ¿Para quién es el correo? -- preguntó --

-- Es para la nueva secretaria. -- dije --

-- ¿Cúal es su nombre y apellido?

-- Mary Taylor.

-- ¡¿Mary Taylor?! -- gritó -- ¡¿Tiene 46 años?!

-- Lo sé, trabajó con muchas más empresas. Me beneficia.

-- No James, mejor da el empleo a un anciano. -- dijo sarcástica -- La señora Taylor ya es una mujer adulta.

-- ¿Y? -- dije -- tiene experiencia en lo que hace.

-- Contrata a alguien más jóven.

-- ¿Por qué? No quiero estar enseñando como se utiliza la impresora.

-- Porque cuando la señora Taylor termine su contrato de 2 años se irá de la empresa, eso hizo con sus demás puestos de trabajo. -- exclamó ella --

-- Esta bien, no tiene nada de malo. Siquiera terminó sus contratos de trabajo.

-- Pero deberás nuevamente buscar una secretaria, eso sería la desventaja de elegír a la señora Taylor. Mejor escoje a otra persona.

-- Ya no lo hay. -- dije frustado -- Mañana es lunes, debo de escojer ahora.

-- Y... ¿que tal con la niña? -- dijo ella --

-- ¿De qué niña hablas? -- pregunté --

-- La señorita Collins, cuando ví su historial me sorprendí.

-- No tiene experiencia. -- dije --

-- Si, pero podrá mejorar estando en la empresa. Tiene la misma edad cuando empecé a trabajar con usted.

-- Dudo que ella pueda trabajar aquí, no la veo capacitada para trabajar conmigo.

-- Haz la prueba, enseñale lo que debe de hacer. Si no lo logra, despidela. -- dijo tranquila --

-- De acuerdo, si no es lo que buscaba tú tienes la culpa. -- dije --

-- ella rió --

-- Bueno... ahora ayúdame a escribir el correo.

-- ¿Qué sucede? -- preguntó -- recuerdo que si sabes empezar un correo, ¿acaso estas enfermo?

-- No es nada malo, solo tengo mi cabeza en otro lado, eso es todo.

-- ¿Dónde está tu cabeza ahora?

-- No importa Camila, solo ayúdame.

-- Samantha me llamó, me dijo que la llames y no ignores sus mensajes. Además que queria verte.

-- Bueno... ¿Comenzamos a escribir el correo? -- dije suspirando --

-- ¿No me dirás que pasó entre ustedes? -- preguntó --

-- Camila... por favor...

-- Solamente quiero saber como estas-

-- ¡No estoy bien! ¿De acuerdo?, ¡intento olvidar lo sucedido hace unas horas y no puedo! -- corté la llamada y tiré mi teléfono a la pared --

Puse mis mano izquierda en mi frente mientras cerraba mis ojos. Me sentía tan mal que realmente no tenía ganas de escribir ese correo. Salí de mi oficina y caminé hasta el baño para lavarme la cara, cuando ví mi reflejo pude notar mi cabello ondulado todo despeinado y también, noté mis ojos rojos e hinchadoz.

Regresé a mi oficina y empecé a escribir el correo. Me demoré aproximadamente 40 minutos en terminarlo, la puerta de mi oficina se abrió haciendo notarla preocupada.

-- Lo siento, lo siento mucho. -- dijo ella --

Me paré de mi asiento y caminé hasta ella.

-- Perdón. -- me abrazó --

-- No fue tu culpa, Camila. Perdóname tú, no debí gritarte. -- la abracé más fuerte --

-- ¿Quieres hablar de lo sucedido? -- me miro con una leve sonrisa --

-- Asentí --

-- Primero abre las ventanas, aquí apesta a cigarrillo. -- me ordenó --

Abrí las ventanas y ambos nos sentamos en el sofá.

-- ¿Qué pasó? -- dijo ella mirandome--

-- No... no me voy a casar. -- las lágrimas invadían nuevamente mis ojos -- Ella amaba a otro hombre cuando estaba conmigo.

-- Oh James. -- me abrazó -- cuanto lo siento.

-- Tenía tantos planes... -- respiré profundo -- realmente quería casarme con ella.

-- Debes de hablar con Samantha. -- se alejó de mí --

-- No puedo hacerlo, Camila.

-- Tienes que saber porque lo hizo.

-- Prefiero no saber la verdad, no quiero verla, no quiero escucharla y tampoco quiero saber de ella. Porque aún la amo, a pesar de todo... la amo como si fuera la primera vez en que nos conocimos...

-- No puedes amarla, James. Ya no es tuya.

-- Y eso me duele. -- agaché mi cabeza --

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