—Horacio.
El nombrado volteo a todos lados como si pudiera ver a través del trapo en sus ojos, no sabía que le harían y ya no sentía a Volkov a su lado.
—¿Viktor? -pregunto-.
—Él ya se a ido ¿Quieres ver?
Carlo le quitó la venda de los ojos y miro a sus lados notando que lo dicho era verdad, su pareja ya no estaba ahí.
—¿Dónde está?
—Eso no importa. Ahora, quiero que vayas a la pared -apunta a la pared a lado de la cama- vamos.
Sin poder hacer mucho más que obedecer, camina hasta la pared, solo mirándola, sus manos son desatadas para ser amarradas otra vez pero hacia el frente.
—Puedes recargarte, con confianza.
Recarga sus brazos a la pared y sobre ellas deja descansar su cabeza, esperando alguna otra orden. Su corazón bombeaba rápido, estaba muy nervioso, no sabía lo que Carlo podría hacerle como venganza de todo lo que le había hecho sufrir.
Un gemido escapó de sus labios al sentir algo vibrando en su interior ¿Eso era lo que el italiano le había introducido en el ano el día anterior? ¿Un vidrador?
—¿Cómo se siente? ¿Se siente bien?
—S~si... -se muerde el labio- p~para esto~ que quieres conseguir?~
Grito al sentir un gran dolor en su espalda, había recibido un latigazo, las piernas comenzaron a temblarle y sus ojos se aguaron. Había sentido el dolor de puñetazos, patadas, apuñaladas, batazos, balas, pero jamás había sentido algo parecido al dolor que provocaba un látigo.
Recibió un latigazo y otro y otro más, las lágrimas por fin escaparon de sus ojos, sin embargo, a pesar de que de sus labios salían gritos y quejidos de dolor, también escapaban gemidos, después de todo el vibrador seguía activado haciendo su trabajo.
—Hay una delgada línea entre el dolor y el placer, tú ahora experimentas ambos como si estuvieran equilibrados, pero eso no es para siempre, al final siempre ceden... -se muerde el labio y se le escapa una risita- si...
En ese momento Carlo entendió a qué su hermano se refería con respecto a los tratos de su padre, ya lo discutiría, ahora su prioridad era el federal que temblaba frente a él.
—Dime ¿Disfrutabas verme gritar y suplicarte?
—N~no...
—Mientes -le da otro latigazo sacándole sangre en la espalda y un horrible grito- ¿Creés que no veía aquella sonrisa en tú rostro? ¿Creés que esa puta máscara ocultaba la satisfacción que desbordadas? ¿¡Creés que soy idiota!?
Le dió un latigazo que le dió en ambos pies provocando que Horacio cayera al suelo sin parar de llorar por el ardor que provocaban aquellas heridas, sin embargo, había sido mal momento en el que el vibrador había tocado el punto delicado del teñido, varios gemidos qué trato de ocultar salieron haciendo sonreír al italiano, le encantaba ver cómo lloriqueaba de dolor pero a la vez gemía de placer sin importarle el ardor de lo antes hecho.
Carlo abrió la puerta del baño notando que el ruso ya no estaba, así que volvió con el de cresta caída y apagó el vibrador, justo a tiempo, se había corrido. Lo tomo del cabello y lo llevo a rastras al baño sin importarle las quejas, ya adentro lo soltó en mitad del cuarto cerrando la puerta y le quitó las esposas.
—Desvistete.
—M~me duele todo...
—No pedí una respuesta, ni siquiera una opinión. Haz lo que te digo o créeme, el látigo no es lo peor que tengo.
Temblando Horacio se desvistió tratando de aguantar el dolor y dejo la ropa sobre la tapa del baño, le indicaron ir a la regadera, así que camino hasta quedar bajo está misma, apunto de abrir la llave fue frenado.
—Espera, tengo algo mejor que eso.
Horacio fue impactado por agua a cierta presión por una manguera, la cual Carlo sostenía con una sonrisa en sus labios al ver cómo el mayor se hacía bolita y con sus manos trataba de cubrir su cuerpo de la fuerza del agua, cosa en la que fallaba rotundamente.
Después de un rato en el que el federal trato de bañarse, ahora temblaba de frío, el italiano le entrego una toalla con la cual se seco rápidamente para evitar enfermarse, no quería tener que lidiar con la fiebre estando secuestrado.
—Escucha, este ahora será tu cuarto, ahí tienes un baño, cuidado con la que haces porque es MI cuarto, no tengo la confianza suficiente como para darte un cuarto solo para tí como con Viktor, así que me verás muuuy seguido ¿Entendido?
Horacio asiente con la mirada baja, no se sentía muy cómodo pues aún estaba desnudó, Carlo le dió un pequeño golpecito con la palma de la mano en el mentón logrando que alzará la mirada viendolo directo a los ojos.
—Tienes que decir "si, señor" ¿EN.TEN.DI.DO?
—S~si, señor -dijo con cierto rencor que trataba de contener, cosa que el menor noto-.
—Perfecto. Por cierto, te quedarás así, si te portas bien te daré ropa.
—¿¡Que!?
Recibió una cachetada que le hizo voltear la cara, así que solo asintió frenéticamente a la vez que decía "si, señor".
Carlo salió de la habitación dando un portazo que hizo dar un saltito al de ojos heterocromicos. Ya estando solo volvió a derramar varias lágrimas y se abrazo a si mismo sintiendose como una mierda, no quería estar ahí, quería escapar junto a su pareja, dejar todo atrás y tomarse aquellas vacaciones de las que hablaron hace tanto, pero ahora solo estaba atrapado como una rata, en una ratonera lujosa con un idiota que lo controlaba a su antojo.
Dicen que la venganza se sirve en plato frío, sabía que así era, pero lo ignoro por completo sabiendo que tenía al Gambino comiendo de la palma de su mano, pero ¿Cómo sabría que todo se iría a la mierda por un pequeño error? Todo por una confusión por el suéter de Gustabo, al final estaba vivo, pero en el lado equivocado, apretó los dientes y prometió hacer su mayor esfuerzo por salir de ahí junto a Viktor y Gustabo, y mandar a todos los de aquella mafia a tres metros bajo tierra.
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Trato [Carlacio] [Volkacio] [Volkarlo]
FanficTodo es confuso ¿Que paso con Carlo Gambino y como es que el caso ya está cerrado? Horacio x Carlo Volkov x Horacio Volkov x Carlo Empezada el 01-09-21 Terminada el 13-12-21 Advertencia: Está historia contendrá violencia y muchos tratos que no deben...