20.- Sacrificio

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"Llegó el momento Cristian

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"Llegó el momento Cristian... llegó el momento que Ricardo ocupe el lugar que le corresponde como legítimo esposo de Francisco..."

Las palabras de Magdalena resonaron en los oídos de Cristian sin alcanzar a comprender las verdaderas intenciones de su madre.

Con la voz temblorosa, el doncel de cabello azabache preguntó: ¿cómo dices mamá? ¿qué significa eso?

Magdalena se puso de pie y colocándose al lado de Ricardo, explicó: lo que quiero decir es que ante tu imposibilidad para darle descendencia a Francisco, tu hermano Ricardo debe ocupar el lugar que legalmente tiene... él debe continuar como doncel de Francisco y darle ese hijo que necesita...

El pelinegro se puso de pie y con los ojos llenos de lágrimas dijo: ¿Y yo? ¿yo dónde quedo mamá? ¿se te olvida que si estoy en esta casa es porque tú me obligaste a suplantar a Ricardo en la boda? ¿se te olvida que fuiste tú quien prácticamente me vendió con doña Teresa?

Como era su costumbre, la mujer respondió con frialdad: por supuesto que no se me olvida... y tú sabes tan bien como yo que las circunstancias me obligaron a hacer lo que hice... de la misma forma que las circunstancias ahora me obligan a pedirte que te vayas de esta casa y dejes que Ricardo ocupe el lugar como doncel de Francisco...

C: es que no puedo creer lo que me estás pidiendo mamá... es algo descabellado... si dejo a Francisco, ¿qué va ser de mí?

Magdalena se acercó a Cristian diciéndole: tú puedes retomar el camino que siempre estuvo hecho para ti... regresa al convento y profesa como religioso, eso fue siempre lo que quisiste y ahora puedes cumplirlo...

C: ¿te has vuelto loca? ¿cómo me dices eso cuando sabes todo lo que he pasado? No profesé porque he estado viviendo con Francisco como su doncel, me entregué a él, he sido suyo en cuerpo y alma... ¿cómo puedo volver al convento y ser religioso cuando he traicionado mis votos de castidad?

Magdalena contestó: olvídate de eso... yo hablaré con el director del convento para que te acepte de vuelta... fray Lorenzo entenderá que todo lo has hecho por el bien de tu familia... le diré que has sido un hijo obediente y sé que Dios perdonará tus faltas sirviéndole de hoy en adelante...

Con el rostro bañado en lágrimas, Cristian dijo: no puedo creer todo lo que escucho... y me horroriza saber de todo lo que eres capaz por el maldito dinero mamá... ¿qué clase de monstruo eres?

Ricardo, quien se había mantenido callado, intervino con voz serena: ya basta Cristian, no ofendas a mamá de esa manera y deja de hacerte la víctima...

El pelinegro caminó hacia el rubio y viéndolo a los ojos preguntó: ¿y tú Ricardo? ¿tú estás de acuerdo con todo esto?

Calvario por tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora