¡A veces el amor puede convertirse en un calvario!
En una época de caballeros y buenas costumbres, Cristian De Aragón es un doncel que se prepara para convertirse en religioso mientras que su hermano menor, Ricardo, otro doncel, es comprometido para...
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Hace unas horas en la casa De Aragón...
Ricardo le preguntaba a su madre: ¿para qué me das esta peluca? ¿por qué voy a usarla esta noche?
Magdalena contestó tajantemente: para que esperes a Francisco en su habitación y te hagas pasar por Cristian...
Sorprendido, el doncel exclamó: ¿qué? Pero ¿por qué voy hacer algo así?
La perversa mujer explicó su plan: ¿no lo entiendes? Necesitamos que entre tú y Francisco pase algo que los ate... tú debes fingir ser Cristian y entregarte a él, así cuando Francisco se dé cuenta que no eres Cristian, ya será demasiado tarde... él estará atado a ti y deberá cumplirte como caballero...
R: hay mamá... yo creo que eso es una locura... cuando Francisco se dé cuenta que lo engañé de esa forma, me va a odiar... y se supone que debe aceptarme como su legítimo esposo...
Magdalena tomó por los hombros al rubio y le dijo: es que como tú has dicho, Francisco no te aceptará tan fácilmente... sin embargo si pasa algo tan íntimo entre tú y él, no le quedará de otra que aceptarte...
R: pues yo no creo que sea así... en cuanto se dé cuenta que quien está en su cama soy yo y no Cristian, me va echar sin consideraciones...
Con una sonrisa maquiavélica, Magdalena respondió: pues que lo haga... después de unas semanas tú aparecerás nuevamente diciéndole que esta noche tuvo consecuencias y quedaste embarazado de él...
Ricardo miró fijamente a su madre al tiempo de tocar su estómago: por eso es que no quisiste que abortara ¿verdad? Quieres que haga pasar a este niño como hijo de Francisco...
M: así es... y es por eso que esta noche tú y Francisco tienen que hacer el amor... porque esta misma noche tú y él van a concebir al heredero de los Valencia...
Tiempo después en la mansión Valencia... dentro de su habitación en penumbras Francisco era sensualmente acariciado por un doncel que él creía era Cristian.
Cuando el doncel lo besó apasionadamente en la boca, Francisco reconoció que esos no eran los tiernos labios de Cristian.
El ojiazul alcanzó con su mano la lámpara que estaba en el buró y al encenderla pudo distinguir el rostro del doncel que estaba frente a él.
Sorprendido, Francisco descubrió que se trataba de Ricardo, quien estaba usando una peluca parecida a la cabellera de Cristian.
De inmediato, el varón empujó bruscamente al doncel y levantándose apresuradamente de la cama, vociferó con los ojos llenos de rabia: ¿qué demonios significa esto Ricardo?
