10.- Angustia inesperada

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En el pueblo de Santo Domingo dentro de la mansión Valencia, doña Teresa, Francisco y Cristian desayunaban en completo silencio

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En el pueblo de Santo Domingo dentro de la mansión Valencia, doña Teresa, Francisco y Cristian desayunaban en completo silencio... la atmósfera se sentía tensa por la presencia del doncel en el comedor.

Disimuladamente, Francisco observaba con atención a Cristian...

veía con agrado la gracia y delicadeza con la que su joven doncel se movía

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...veía con agrado la gracia y delicadeza con la que su joven doncel se movía.

De pronto, a la mente del varón llegaron los recuerdos de su noche de bodas

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De pronto, a la mente del varón llegaron los recuerdos de su noche de bodas... evocaba los gestos y gemidos del doncel mientras lo hacía suyo... el ojiazul no pudo evitar sentir un cosquilleo en su entrepierna ante las eróticas imágenes en su memoria.

El silencio fue interrumpido por las palabras de Cristian: muchas gracias, ya he terminado de desayunar... con su permiso, me retiro...

Rápidamente, Francisco se puso de pie para retirar el asiento de su doncel, quien le agradeció el gesto de caballerosidad.

Una vez que Cristian salió del comedor, doña Teresa dijo con un tono molesto: no puedo creerlo... ese chico ni siquiera se dignó a dirigirme la palabra, es un grosero de lo peor...

Francisco miró a su abuela y respondió: cuando Cristian agradeció por el desayuno y pidió permiso para retirarse se dirigió a ambos, ¿qué querías? ¿qué te hiciera una reverencia y te besara los pies?

Calvario por tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora