Epílogo

2K 119 64
                                    

Han pasado 4 años y en la mansión Valencia se viven días de paz y felicidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Han pasado 4 años y en la mansión Valencia se viven días de paz y felicidad.

Cristian se dedica al cuidado del hogar y del pequeño Ricardo, mientras que Francisco ha logrado mantener e incluso hacer crecer la fortuna familiar, por ello constantemente tiene que salir fuera del pueblo, sin embargo en ningún momento descuida a sus dos amores, a quienes mima y procura siempre que pasan tiempo juntos.

Un viernes por la mañana, Francisco se despertó en su cama y al voltear a su lado derecho vio un cuadro que lo llenó de ternura y amor... su pequeño hijo dormía abrazado a Cristian, quien también dormía sin dejar de acunar a su bebé en sus brazos.

En las últimas semanas, el pequeño Ricardo se negaba a separarse de su madre incluso al dormir. Francisco se molestaba pues no quería que su hijo creciera temeroso y mimado, pero Cristian, que era más consentidor abogaba por su bebé para dejarlo dormir con ellos.

Pese a todo, el ojiazul acarició la cabeza de su pequeño y después acarició la mejilla de su doncel, quien aun durmiendo lucía una extraordinaria belleza, sin duda la maternidad hacía ver más lindo a Cristian.

Una hora después, Francisco terminaba de vestirse cuando Cristian se levantó y dijo: ¿ya te vas? ¿no vas a desayunar?

Tomando de la cintura a su doncel, el varón respondió: desayuno en el camino, voy a estar fuera todo el fin de semana y el pueblo al que voy está lejos de aquí, así que no quiero que se me haga más tarde...

Colocando sus suaves manos sobre el pecho del ojiazul, Cristian habló con un dejo de tristeza: las últimas semanas has estado viajando mucho... yo sé que es por trabajo, pero Ricardito te extraña y yo también te extraño... me siento muy solo cuando tú no estás...

Sonriendo por el puchero de su doncel, Francisco replicó: mi vida, tú sabes que todo lo hago para darles lo mejor a ti y a mi hijo... si he estado ocupado las últimas semanas es porque estoy haciendo un negocio muy importante con el señor Molina, pero estamos por concluirlo... si todo sale bien, esta será la última semana que me ausente...

C: ojalá que sí, Ricardito está creciendo muy rápido y no quiero que te pierdas ninguno de esos momentos...

F: yo tampoco quiero perderlos y así como tú me extrañas, yo también te extraño a ti... las noches que no duermo contigo en mis brazos, son pesadas y largas...

Francisco besó los labios de su doncel, quien correspondió a la caricia, para luego ver con tristeza que su marido se marchaba por todo el fin de semana.

Cuidando a su hijo, los días pasaron rápidamente para Cristian, quien el domingo al mediodía recibió una llamada.

Lupe le dijo: señor Cristian, le llaman al patrón, pero como no está, quieren hablar con usted... creo que es un socio del patrón...

Calvario por tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora