¡A veces el amor puede convertirse en un calvario!
En una época de caballeros y buenas costumbres, Cristian De Aragón es un doncel que se prepara para convertirse en religioso mientras que su hermano menor, Ricardo, otro doncel, es comprometido para...
CALVARIO: 1.- Camino señalado con catorce cruces o con representaciones de los pasos de la Pasión de Jesús.
2.- En el lenguaje coloquial, se llama "calvario" a una sucesión de problemas y conflictos que generan preocupación, angustia o dolor.
La interpretación bíblica señala que, antes de morir, Jesús vivió un calvario por la salvación de la humanidad, un calvario por amor.
¿Somos los seres humanos capaces de imitar a Jesús y soportar un calvario por alguien que amamos? ¿Podemos amar tan fuerte como para aguantar el más cruel de los destinos?
Este es el capítulo final de la historia de Cristian De Aragón, un joven doncel cuya vida ha estado marcada por el sufrimiento y las lágrimas... un joven cuya cruz de dolor fue construida por su propia madre y hermano.
Pero Cristian no está solo, junto a él está Francisco, su cirineo, el hombre que le ayuda con la pesada cruz... el hombre que se convirtió en su salvador.
Con la cruz a cuestas, Cristian finalmente llegó a la última estación de su calvario... ¿será crucificado o Dios le concederá la redención?
¡ESTE ES EL FIN DEL CALVARIO!
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En la casa De Aragón, Ricardo descubrió que su madre siempre le mintió sobre la verdad de su origen y que además ella mató a Teodoro, quien suponía su padre biológico.
Antes de marcharse, una fuerte discusión entre Magdalena y Ricardo, en la parte superior de las escaleras, provocó que el doncel rodara por accidente golpeándose la cabeza al caer en el último escalón.
Bernardo Arteaga, quien continuaba en la casa De Aragón, se acercó para auxiliar a Ricardo mientras que Magdalena bajó las escaleras casi corriendo.
La mujer vociferó: rápido, llama a una ambulancia, a un médico, date prisa...
Bernardo tocó el cuello del doncel para comprobar la pulsación de la arteria carótida y tras hacerlo miró a la desesperada madre para decirle con voz temblorosa: ya no es necesario... Ricardo está muerto...
Tras escucharlo, Magdalena gritó: ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!... eso no es cierto... estás mintiendo...
La mujer se arrodilló para tomar en sus brazos al doncel inconsciente mientras sollozaba: Ricardo, despierta hijo... tú no puedes estar muerto, solo te desmayaste... hijo, reacciona... abre tus ojos mi vida... no me dejes sola...
Con los ojos llenos de lágrimas, Bernardo dijo: Ricardo está muerto, entiéndelo...
Magdalena gritó furiosa con el rostro bañado en llanto: ¡noooooooooo! Mi hijo no está muerto... está vivo, solo se desmayó... mi Ricardo está vivo... y tú vete de aquí, déjame sola, vete... ¡VETEEEEEE!
