Dicen...
que la costumbre es mala,
y que la maldita acaba con el amor.
Llevo años escuchando que no hay nada peor
para una relación que la rutina
y, sin embargo,
nunca hice caso pues,
¿qué tenía de malo acostumbrarme a ti?Y ahora mírame, acostumbrada a tus besos por las mañanas,
acostumbrada al perfume que usas en cada reunión de trabajo,
acostumbrada a tus abrazos cuando el día va mal,
a tus comidas especiales los fines de semana,
me acostumbré a ver tu ropa colgada en el closet,
confundirme y usar tu shampoo olor a menta.Me acostumbré a compartir la almohada,
a no robarme toda la sábana,
me acostumbré a dormir del lado izquierdo
porque a ti te gustaba el derecho.Me acostumbré a tomar café contigo en la terraza,
escucharte reír, escucharte hablar,
acariciar tu cabello por la mañana;
a tus playeras que son mi mejor pijama.Estoy tan acostumbrada a ti,
a tu desorden,
a tus manías,
tus canciones ruidosas y nostálgicas,
a usar tus calcetines cada vez que no encuentro los míos.Ahora no consigo asimilar mi vida sin todas esas cosas.
¿Cómo podría hacerlo?
¿Cómo me deshago de tanto?Si tus huellas están en la almohada,
en el control remoto,
en mi peine y ¡hasta en el plato de alimento para gato!
Tus huellas están en todo mi apartamento¿Será posible olvidar todo de la noche a la mañana?
Sí, escuché que la costumbre era mala,
aún no sé qué tanto,
pero estoy segura de que acabar con ella sería quitarme un pedazo de alma.
Estoy tan acostumbrada a ti...
y tal vez algún día esto me cause dolor (ojalá que no),
pero
¿sabes algo?No me arrepiento.
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Desfibrilador (✔️) en librerías.
PoetryCada quien vive sus propios tormentos. Los míos me trajeron hasta donde estoy hoy, no sin antes intentar hundirme. La muerte me miró a los ojos una noche de febrero de 2010, recuerdo la sangre manar a borbotones de mis entrañas, me ahogaba, desapare...