Dispárame, vamos, ¡hazlo!
Ya tienes el revólver cargado,
yo misma le puse las balas,
yo misma te puse municiones inagotables en los bolsillos.
Yo me puse justo en el blanco.Apúntale al corazón,
que no lata más y que deje de dolerme.
Que no quede nada de él,
que problemas me ha traído desde siempre.Solo tú y yo sabemos lo que pasó cada noche de noviembre,
tú y yo sabemos,
aunque más tú,
cómo deje de ser mía
para que te quedaras con cada esquina de mí,
hasta las que ni yo conocía.Fui un libro con páginas ilustradas
para que me entendieras mejor,
te di cada uno de mis latidos,
y hasta los extras que me causa la taquicardia.
¿Qué esperas que no disparas?
Dime ya que no me quieres más en tu vida,
que fui menos que un pasatiempo,
que a tus labios los seduce otro sabor,
que en tus ojos ya no queda más espacio
donde pueda entrar yo.¡Dímelo!, que tus letras ya dejaron de describirme
y que en tus desvelos ya no pronuncias mi nombre.Dime que tu almohada ya no me reclama
y que hasta tu gato se recuesta en otros brazos.Dispara,
llévate hasta los recuerdos,
que vivir
yo no puedo con ellos.¿Qué esperas?
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Desfibrilador (✔️) en librerías.
PoetryCada quien vive sus propios tormentos. Los míos me trajeron hasta donde estoy hoy, no sin antes intentar hundirme. La muerte me miró a los ojos una noche de febrero de 2010, recuerdo la sangre manar a borbotones de mis entrañas, me ahogaba, desapare...