Amor no correspondido [DAEJAE] < P A U S A D A >

Noches inolvidables, mañanas impredecibles.

La luz era tenue debido a las diversas velas que adornaban la habitación, sin embargo a penas su vista se había posado en el piso lleno de pétalos hasta la cama que estaba de igual forma sólo que estos formaban un corazón.
JunHong juraba que de su pecho saldría disparado su corazón de tanta emoción, pero era inevitable. Su rubor podía ser más que notorio en ese instante pero no importaba, daba igual; volvió a sus sentidos cuando YongGuk le había colocado en la cama con ese sentimiento de amor característico de ellos desde hace más de un año, un año y recién se dignaban a dar un paso más a su relación, un año y el sentimiento de culpa de Bang se había desvanecido. Podía jurar que veía aun mas hermoso a Zelo de lo que ya era, la luz escasa contrastaba con su dulce pie perlada dando también un pequeño brillo en sus pupilas.

Ambos estaban seguros que harían, YongGuk juro que jamás se acostaría con nadie mas, por que ahora le pertenecía al joven bajo su cuerpo, quien ruborizado y notoriamente nervioso tenían en mente que ese sería el día que perdería la virginidad, pero con eso característico llamado: amor.

A cientos de kilómetros en Seúl, una cuidad que a esas horas aun reinaba algo el ruido, las luces y vida. Pero dos jóvenes estaban inmersos en su burbuja, lejos de todo y todos. Solo existían ellos dos.

Los besos eran incesantes, como si de eso dependiera el otro para vivir, ya que las pocas veces que se separaban era para retirar la camisa del otro, o cuando sin duda Daehyun deseaba marcar el delgado cuello blanquecino de Youngjae. Sus miradas se encontraban y por esos instantes el menor de ambos juraba que diría que no, que no debían y seguir pero, ¿Como hacerlo cuando ya estaba desnudo?

Su rostro jadeante, colorado, demasiado entregado según sus pensamientos y los de Daehyun que no podía apartar la mirada. Ahora venía lo difícil, si bien Dae se había asegurado de prepararle antes, como en sus años de adolescencia la información que encontró antes de definirse que si los hombres o mujeres llamaban su atención, humedeció tres de sus dedos con su propia saliva y así, dejo entrar uno a uno en la estrecha entrada de Youngjae. Ninguno creía lo que estaba pasando, el cuerpo de uno pedía al otro. Es ahí cuando la razón queda fuera de lugar. Solo se debe hacer caso lo que dicta su corazón. Por que sin darse cuenta un Jung se ha enamorado de un Yoo en ese mismo instante.

Las mañanas pueden ser agotadoras, un nuevo inicio, la manera en que uno cree que algo puede cambiar y venir mejor que antes.

Junhong abriendo los ojos pesadez por el calor que ya no siente a su lado, posa su mano al frente y nada, sigue somnoliento, por lo que ahora busca detrás de su espalda al darse que cuenta que esta casi a la orilla; decide entonces tallar apenas sus diminutos ojos algo hinchados por el sueño.

No le encontraba con esa vista nublada por ningún lado de la habitación, pero esa no era la preocupación del todo. Se incorporó de golpe en la cama abriendo, ahora si, sus ojos de par en par, aquello le había recorrido su espina dorsal con un dolor que siendo sincero consigo mismo, podía estar en cama por una semana, bueno, eso ya era exageración. Sus mejillas se habían ruborizado por completo pues dicho dolor lo había vivido como placer, amor, tacto, en fin una manera indescriptible. Iba a levantarse de la cama por que no encontraba al mayor dueño de sus pensamientos.

- Jun - Regresó la vista justo cuando estaba casi de pie fuera de la cama sin darse cuenta una sonrisa invadió su rostro por completo pero, así como aquella lo hacia la mirada de Bang se comenzaba a desviar.

- ¿Hyung?

- Tu ropa

- ¿Eh? ¡Ah!

Como si de una escena de comedia se tratara volvió debajo de las sábanas mas que apenado, si bien lo habían hecho anoche pero que le viera sin ninguno de esos sentimientos encontrados era diferente.