capitulo 7: Pisadas de cachorro

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Judit paso la noche dando vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño, su cabeza rondaba entre su hermana y sus ahora inquilinos momentáneos ¿Qué pasaría ahora que sabía de Phasma después de 12 años? No estaba segura de nada. Logró dormirse a las 4 de la madrugada por lo que, se despertó muy tarde.

Llegando a la sala central, la rubia se dispuso a preparar café y unas Ferdenas, unas galletas típicas del planeta, cuando unos pasos se escucharon por la salida de la base y de inmediato se puso alerta, camino en sigilo hasta llegar a la compuerta con un fierro en mano. Espero paciente hasta que los pasos se detuvieron y en su lugar se escucharon rasguños en la puerta. De inmediato soltó la tubería que sostenía y se dirigió a abrir, a la vez que Hux salía por el pasillo.

Un perro grande, negro mezclado con naranja entró disparado hasta el somnoliento pelirrojo.

–¿¡QUE ES ESA COSA!? ¡Fuera! ¡No! – exclamo asustado, al tiempo que terminaba tendido en el piso, sintiendo el aliento y el amenazante gruñido justo en su cara.

–Zion, basta, lo asustas– le habló Judit al borde de la risa, por otro lado, al escuchar su voz, Zion rápidamente dejo a Hux libre de sus patas y se dirigió contento a su ama.

–¡Pero como dejas entrar esa cosa! – gruño Hux mientras se acomodaba el pelo.

–no es una cosa, se llama Zion y es mi compañero – dijo mientras se agachaba para acariciarle las orejas al rottweiler.

–¿compañero? deberías amarrarlo o algo, mi remera quedo estropeada– dijo mientras se la intentaba arreglar.

–oh lo siento, su alteza, no volverá a pasar– reverencio Judit cómicamente

– si así es, por fin muestras algo de respeto– Hux se calmó un poco pensando que la niña por fin entendía su lugar

–JAJAJA ¿pero de que hablas? Fue sarcasmo petirrojo ¿Qué tienes en contra de los perros?

–¿Petirrojo? Insolente... yo... –pero fue cortado por el tercer integrante de la convivencia

–Buenos días a los dos, parece que amanecieron animados. – pronuncio con una sonrisa burlona, Ben había pasado una buena noche, habiendo aclarado las cosas con Hux y teniendo esperanza para con Rey parecía que la fuerza le sonreía al fin por lo cual eso lo ponía de muy buen humor

–Buenos Días Ben– habló Hux quien por fin se enderezaba.

–Entonces ¿gustan desayunar? – preguntó Judit aun con una radiante sonrisa en el rostro.

–sí, pero aleja a ese can de mi vista– comento Hux, Judit frunció el ceño, pero no dijo más, no quería seguir discutiendo con él. Ya más tranquilos todos se dispusieron a desayunar en paz. Judit les paso una taza de café a cada uno mientras agarraba la suya. Después les convido de las ferdenas que anteriormente había hecho mientras seguía acariciando al cachorro que se había sentado a su lado. A quien Hux miraba con desconfianza.

Después del desayuno Judit se levantó y se dirigió hacia las puertas

–me voy a ir a ayudar a Serinsa ¿gustan venir? – comento.

–no gracias, entrenare un poco con mi sable – le respondió Ben, quien dejaba su taza en la mesa e instantáneamente miro a Hux quien se ocultaba tras esta.

– ... ¿y tu pajarito rojo? Te sentaría bien un poco de barro– le dijo Judit picándolo un poco –

–iré y solo para sacarte esa sonrisa de tu cara insolente – contesto Hux, Zion ya se había puesto a la par de Judit dispuesto a acompañarla. El pelirrojo se paró dispuesto a enseñarle lo que estaba dispuesto a hacer por callar sus insultantes risas. 


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General Armitage HuxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora